El profesor Fernando Martínez de Toda publica un artículo en Vitis Journal of Grapevine Research en el que demuestra que el cambio climático permite producir dos cosechas al año, con 40-50 días de diferencia en las fechas de maduración y vendimia y que la composición de la uva de la segunda cosecha es totalmente distinta y claramente superior a la de la primera cosecha, según publica el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino (ICVV) en su página web.
Mediante una adecuada ejecución de la técnica de forzado de yemas en las variedades Garnacha, Tempranillo y Maturana Tinta, es posible obtener una segunda cosecha de los brotes forzados, que se suma a la primera cosecha de los pámpanos principales. La segunda cosecha representa alrededor del 30% de la cosecha primaria, lo que supone alrededor de 1 kg/cepa. En relación con el control no forzado, la cosecha primaria madura unos 13 días más tarde y la cosecha secundaria unos 40-50 días más tarde.
La segunda cosecha produce racimos y bayas más pequeños con pH más bajo, mayor acidez, ácidos málico y tartárico más altos y antocianos mucho más altos en comparación con la cosecha primaria.
Ésta es la primera contribución a la literatura que estudia, en condiciones de campo y para tres variedades de vid, la distinta composición de la uva entre la cosecha primaria y la cosecha secundaria.
Más información:
Martínez de Toda, F. (2021) Global warming allows two grape crops a year, with about two months apart in ripening dates and with very different grape composition – The forcing vine regrowth to obtain two crops a year. Vitis Journal of Grapevine Research, 60,119–124.