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Fernando Remírez de Ganuza es uno de los mayores expertos en viñas de toda la zona productora de La Rioja. Obsesionado por la calidad, que no entiende si no es basada en una materia prima excelente, este empresario y, sobre todo, apasionado del vino, ha forjado una bodega cuyos vinos han sido reconocidos con numerosos premios, incluido el de mejor gestión de Responsabilidad Social Corporativa 2010 otorgado por MVD en la III Edición de sus Premios Empresariales.

La bodega se ha caracterizado, desde sus inicios, por una apuesta firme por elaborar vinos con la máxima calidad, mediante procesos casi artesanales, ¿cómo se saca adelante y con éxito un proyecto como éste?
– Lo primero es que este proyecto no es nuevo, ya tiene 21 años. Hasta ahora lo hemos sacado adelante con dedicación exclusiva, con un 100% de ilusión, con un gran conocimiento del viñedo de la zona donde yo trabajo, intentando mejorar cada año los métodos de recogida, selección, elaboración y crianza de los vinos sin pensar si la actual situación económica es buena o mala, ya que nuestra producción es pequeña, y los clientes en España y en el mundo son muchos.

¿Es necesaria mayor educación del cliente, en general, en un contexto de descenso del consumo nacional?
– El cliente y el bodeguero, queriendo o sin querer, van educándose a medida que pasan los años por la propia inercia de la vida.

Una de sus máximas es el ‘autoabastecimiento’ de uva, ¿se han visto en la necesidad alguna vez de adquirir uva de otros productores o prefieren producir menos y seguir fieles a sus principios?
– Sin pensarlo, prefiero hacer menos botellas si la uva no reúne las condiciones que yo quiero.

¿La apuesta por la I+D es necesaria?
– Sin ninguna duda, la I+D+i es absolutamente necesaria. En 1991 empezamos a vendimiar en caja, a seleccionar en bodega cada racimo de uva (siendo la primera bodega de España en hacer esto) y a prensar con una bolsa dentro del depósito, y con eso pensábamos que éramos los mejores y que habíamos descubierto el secreto de cómo hacer un gran vino. Hoy, viendo fotografías y vídeos de lo que hacíamos en 1991-1992, nuestra primera fase, en la que ya habíamos mejorado bastante respecto a lo que había, y comparándolo con lo que hacemos hoy, nos parece que no somos noso­tros, que los de las imágenes eran antidiluvianos.

Imagino que requiere de un coste adicional al proceso habitual de producción, ¿los resultados merecen la pena?
– Sin duda, nuestros costes son mucho más elevados que los de una bodega que haga vinos más normales; pero nosotros tratamos de hacer vinos con el máximo de virtudes que se puedan encontrar en nuestras uvas. A noso­tros todo esto nos merece la pena, hacemos el tipo de vino que queremos y nuestro trabajo nos reporta muchas satisfacciones.

Hace poco, Jay Miller concedió al Remírez de Ganuza Gran Reserva 2004 100 puntos, la máxima puntuación que se otorga en la famosa lista de la publicación de Robert Parker, The Wine Advocate, y al Trasnocho 98 puntos, además de otras buenas puntuaciones a varios de sus vinos, ¿lo consideran un reconocimiento/compensación a toda una vida de trabajo?
– Lo consideramos como ambos; pero además el vino se lo merecería. Tengo que darle las gracias a Jay Miller por la inyección de optimismo y ganas de mejorar que nos ha dado esto.

¿Qué les ha aportado este reconocimiento, por ejemplo más ventas, nuevos clientes internacionales, etc.
– Esto nos ha aportado un poco de todo, aumento de ventas y nuevos clientes tanto en el mercado nacional como en el internacional.

¿Les interesa el posicionamiento en mercados emergentes, como los asiáticos?
– ¡Sí! ¡Claro! Todos los mercados que compran buenos vinos nos interesan.

Además del negocio vinícola participan también en varios proyectos solidarios, ¿qué pueden decir de ellos?
­– Todos los años participamos en pequeños proyectos de ayuda, bien sea con dinero o con vino para transformarlo en dinero. A lo largo de 2010 hemos colaborado, en la medida de nuestras posibilidades, con diferentes causas. Aparte de eso, nuestro proyecto solidario es nuestro vino María Remírez de Ganuza Reserva Especial. Este vino lleva el nombre de mi hija pequeña que nos dejó hace casi 6 años y el importe integro de la venta de este vino se destina a beneficencia.

¿Cuáles son sus expectativas de cara a 2011?
– En 2010 hemos crecido bastante respecto a 2009 y trataremos de conseguir al menos la misma subida para 2011.

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