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Entramos en un nuevo año lleno de interrogantes y desafíos para el sector del vino y muchas son las cuestiones a las que habrá que estar atento.  Todo apunta a que la crisis económica no nos abandonará este año y que, por el contrario, las posibilidades de que entremos en una recesión económica son elevadas. Ello deteriorará nuestro poder adquisitivo con lo que disminuirá el consumo, especialmente en aquellos productos que no son de primera necesidad.

Esta no es una buena noticia para el sector que se ve especialmente afectado cuando descienden las salidas fuera del hogar y el cierre de restaurantes es continuo. Muchas bodegas tendrán dificultades y será necesario desarrollar nuevas formas de comunicación y ventas para mantenerse. En esta situación el mercado exterior continuará siendo fundamental para la salida de nuestras producciones y resulta reconfortante que nuestras ventas en el exterior continúen manteniendo tasas de aumento superiores a las del resto de nuestros competidores. Menos reconfortante es que lo hagan a costa de disminuir aun más el precio medio de venta. Sin menospreciar el mercado de los graneles, es hora de que nos planteemos desarrollar más los mercados exteriores para nuestros vino de mayor precio.

En el 2012 también se avanzará en un aspecto importante para nuestro sector: la reforma de la PAC para después del 2013. La propuesta de la Comisión ya establece la posibilidad de que la superficie de viñedo pueda beneficiarse de los nuevos derechos de pago. En este año tendremos que ver como se materializa esta posibilidad y que implicará para el mantenimiento de otros instrumentos de sostenimiento desarrollados a partir de las dotaciones nacionales, como las ayudas a las exportaciones a países terceros o a las inversiones. También como se diseñará el nuevo régimen del pago único, con una tasa plana establecida a nivel regional, sea este administrativo o productivo, y un pago ambiental que no nos favorece especialmente en su propuesta inicial.

Finalmente, tendremos que estar pendiente a la respuesta que se dé a las demanda de eliminar la liberalización de las plantaciones realizada por muchos Estados productores y especialmente por las zonas amparadas con Denominaciones de Origen. A día de hoy no parece que la Comisión Europea, que es quien tiene la iniciativa legislativa, este por reformar la regulación en este sentido y todo apunta que se desea mantener la liberalización para las fechas previstas. Una posible solución puede venir del acuerdo recientemente alcanzado para el sector de la leche que se enfrenta a la eliminación del régimen de cuotas. La posibilidad de que en las zonas de producción de determinados quesos de calidad, los productores de leche pueden adoptar medidas de regulación de la oferta puede orientar las demandas de este sector.

En definitiva, un año en el que nos jugamos mucho, y es de desear que todos sepamos responder acertadamente.

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