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El proyecto Estrategias y prácticas vitícolas sostenibles de adaptación al cambio climático (VITISAD) fue aprobado el 16 de octubre y cuenta con un presupuesto de 657.827 euros.

El pasado 16 de octubre se publicó la resolución provisional de la tercera convocatoria de proyectos del programa Interreg V-A España-Francia-Andorra (POCTEFA 2014-2020) en la que fue aprobado el proyecto VITISAD en el que participa el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) a través de la Dirección General de Agricultura y Ganadería del Gobierno de La Rioja.

Además del ICVV, el consorcio que forma parte del proyecto está compuesto por el Instituto Vasco de Investigación y Desarrollo Agrario (NEIKER), la Chambre d’agriculture des Pyrénées-Atlantiques (CDA), el Institut Français de la Vigne et du Vin (IFV) y la Dirección General de Desarrollo Rural, Agricultura y Ganadería del Gobierno de Navarra. Junto con estos socios, el ICVV contará con la colaboración de la Agrupación Riojana para el Progreso de la Viticultura (ARPROVI) que, bajo la figura de “socio asociado” y como asociación con mayor número de técnicos y profesionales en viticultura de España, participará de forma activa en el proyecto.

El valor añadido de llevar a cabo este proyecto de manera transfronteriza, reside en que muchos de los resultados que se obtengan en una región se podrán trasladar al resto de regiones. Por otra parte, la gradación climática existente ayudará a entender mejor el fenómeno climático que nos afecta.

El presupuesto de este Proyecto asciende a 657.827 € con los que se pretende contribuir, dentro del Eje 2 del programa POCTEFA orientado a promover la adaptación al cambio climático y la prevención y gestión de riesgos, al fomento de prácticas agronómicas que permitan la adaptación del viñedo del área occidental del espacio POCTEFA al cambio climático.

Para ello, se van a evaluar dichas prácticas no sólo a través de ensayos agronómicos clásicos, sino también mediante parcelas demostrativas con viticultores, trasladando los resultados tanto al sector vitivinícola como a las autoridades administrativas para su posible inclusión en futuras estrategias y programas de actuación. En definitiva, se trata de demostrar y poner en marcha técnicas que permitan mantener la calidad de los vinos bajo las condiciones de cambio climático, evitando los riesgos ambientales que las condiciones climáticas futuras pueden causar, como por ejemplo la erosión del suelo.

Con los principales resultados del proyecto, se editará una guía práctica de manejo sostenible del cultivo, adecuándolo a un escenario climático cambiante en el que se tendrá en cuenta el suelo, la salud del viñedo y el material vegetal que mejor se adapte. De estos resultados se beneficiarán viticultores, bodegas y administraciones públicas.

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