ARAG-ASAJA ha solicitado al Ministerio de Agricultura, a través de Asaja Nacional, una reducción generalizada de los índices de rendimiento neto (módulos) en el régimen de estimación objetiva del IRPF aplicables a las actividades agrarias que sufrieron fuertes descensos en sus rendimientos en 2022 por causas extraordinarias.
En el informe que acompaña a la solicitud, que también se ha compartido con las consejerías de Agricultura y Hacienda del Gobierno de La Rioja, la organización agraria ha destacado las consecuencias, especialmente graves, que se han derivado por la sequía, el aumento desbocado de los costes de producción, los daños por fauna silvestre y el incremento del precio de las materias primas para alimentación animal.
En este sentido, ARAG-ASAJA ha señalado que deben considerarse las adversidades climatológicas que, en forma de heladas, tormentas de granizo, sequía y temperaturas extremas se registraron en diferentes municipios de Rioja Alta, Rioja Media y Rioja Baja, con pérdidas de hasta el 40% de la producción en cultivos como los herbáceos de secano.
En segundo lugar, el informe recoge, por cuarto año consecutivo, los daños causados por la fauna silvestre y fauna cinegética en 72 municipios, con cuantiosas pérdidas económicas en viñedos, herbáceos extensivos, hortícolas, olivar, y de almendro y frutales como el cerezo. Unos daños que, además, se han incrementado con respecto a 2021 por el efecto de la sequía llegando a afectar a 730 hectáreas de cultivo.
El tercer bloque del informe se basa, principalmente, en el impacto que ha tenido sobre los agricultores y ganaderos el inusual incremento general de hasta un 35% de media de los insumos empleados en la actividad agraria, tanto en relación con las materias primas como en el ámbito energético. Por ejemplo, en el último año se han encarecido los fertilizantes un 62% de media (hasta el 300% en algunos casos), los combustibles un 46%, la luz un 52%, las semillas un 20% y los productos fitosanitarios otro 20%. La subida del precio de la energía es uno de los factores que más gravemente a afectado a la rentabilidad de las explotaciones tanto en lo que se refiere a la síntesis de fertilizantes (dependiente del gas), como a la climatización de granjas y funcionamiento de muchos regadíos (electricidad), como al incremento del precio del gasóleo para mecanización y climatización del sector de la seta y el champiñón.
Asimismo, el precio de las materias primas para la elaboración de pienso (maíz, trigo y cebada) se ha incrementado en una media del 35% respecto a 2021 en un año en que, debido a las escasas precipitaciones, ha aumentado la necesidad de este tipo de alimentación para el ganado.
Por otro lado, el informe también pide atender con un trato diferenciado al sector del champiñón que sigue arrastrando la crisis de 2021 suscitada por enfermedad del “pelo, y al que se ha unido el incremento del precio del compost en un 30% y los costes de producción por la subida de la energía y los combustibles en otro 30%.