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En la rueda de prensa ofrecida por la OIV, en la que se analizaron las cifras del sector del vino internacionalmente en 2020, el director general de la OIV, Pau Roca, declaró que la OIV está trabajando para que el vino sea un producto de consumo más universal. “Asia, como un continente consumidor en crecimiento, constituye uno de los mayores retos para el mundo del vino”, explicó Pau Roca. El pasado año provocó una caída del 3 % en el volumen de vino consumido, mientras que la producción de vino se posiciona ligeramente por debajo de la media por segundo año consecutivo, según datos ofrecidos por la OIV.

Desde la sede de la Organización Internacional del Vino en París, mediante conferencia web, el director general Pau Roca presentó el 20 de abril pasado la información referida a la producción, el consumo y el comercio internacional de vino en 2020. También habló sobre las nuevas tendencias que ha traído la pandemia y el futuro más inmediato.

Cifras estimadas de 2020

La superficie del viñedo mundial se mantiene estable desde 2017 y se sitúa en los 7,3 Mill. ha,

En cuanto a la producción mundial de vino, excluidos zumos y mostos, en 2020 se calcula en 260 Mill hL (+1 %/2019), un nivel ligeramente por debajo de la media por segundo año consecutivo.

Por lo que se refiere al consumo mundial de vino el pasado año se situó en torno a los 234 Mill. hL, lo que representa una disminución del 3 % con respecto a 2019 y alcanza así el nivel más bajo de consumo registrado desde 2002.

En 2020, el mercado de las exportaciones mundiales de vino se ha contraído ligeramente en volumen, alcanzando los 105,8 Mill. hL (−1,7 %/2019), pero ha experimentado una caída bastante considerable en valor, con 29 600 Mill. de euros (−6,7 %/2019).

Las primeras estimaciones de producción de vino en el hemisferio sur indican una previsión de volúmenes elevados para 2021en la mayoría de los países, a excepción de Argentina.

Las significativas revisiones de datos a la baja en la superficie de viñedo, la producción y el consumo de vino en China, junto con la marcada disminución en las importaciones de vino, señalan el probable final de la tendencia de rápido crecimiento iniciada hace 20 años.

 

Principales tendencias observadas

 

Conductas de consumo heterogéneas en 2020 en los distintos países, en función de factores como hábitos de consumo nacionales (peso del vino en relación con el total de las bebidas alcohólicas, peso del canal Horeca, etc.), duración y rigurosidad de las medidas de confinamiento y políticas relacionadas, como las prohibiciones de ventas, y el peso del turismo en el consumo nacional de vino.

Cambio en el canal de distribución: el cierre total o parcial del canal Horeca ha ocasionado una caída en las ventas en valor y, en menor medida, en volumen, que se vio compensada solo parcialmente por el aumento en las ventas de vino a través del comercio electrónico y la gran distribución.

Volumen frente a valor: el vino de alta gama fue el que más se vio afectado por el cierre de los restaurantes y las salas de cata, mientras que los grandes productores que dominan el canal off-premise (fuera del establecimiento), en alianza con los grandes mayoristas, tuvieron un buen desempeño.

A excepción del prosecco, el vino espumoso fue la categoría de vinos más afectada en 2020. Por el contrario, las ventas de vino en bag-in-box han experimentado un gran aumento, a pesar de que los volúmenes generales permanecen bajos.

Cambios en los patrones del comercio internacional debido a la disminución prevista en la demanda mundial ocasionada por la crisis de la covid-19 y la imposición de nuevas barreras al comercio (aranceles comerciales de represalia de EE. UU., aranceles de China al vino australiano, Brexit).

Un momento de nuevas oportunidades

En su intervención final, el director general de la OIV recordó que los productores de vino han debido afrontar y deberán seguir afrontando una necesidad de adaptarse a la diversificación de los mercados y de los canales de distribución. El director general destacó que esta situación añadió dificultades a un sistema ya de por sí complejo y que únicamente quienes adopten una conducta de permanente adaptación podrán seguir en pie. “Se trata de un sector muy concentrado y, por ende, de alto riesgo.

Esto nos demuestra que la diversificación es necesaria, comenzando por el consumo”, declaró. Entre otros objetivos, la OIV está trabajando para que el vino sea un producto de consumo más universal. “Asia, como un continente consumidor en crecimiento, constituye uno de los mayores retos para el mundo del vino”, explicó Pau Roca.

Informe completo en https://mercadosdelvino.com/wp-content/uploads/2021/04/informe-OIVE.pdf

 

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