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Los satélites simplificarán la gestión y los controles, facilitarán el pago de los anticipos y proporcionarán información valiosa que permitirá disminuir los costes de producción. El Itacyl ha sido clave en la puesta en marcha del sistema, implicándose en los medios técnicos como el software de identificación de cultivos y el personal técnico especializado en tecnologías de teledetección o sistemas de información geográfica.

La Consejería de Agricultura, Ganadería y Desarrollo Rural ha presentado los principales datos y novedades en relación con el inicio de la campaña de solicitud única de la PAC 2021 que comenzó el 1 de febrero, y que se extenderá, en principio, hasta el 30 de abril. Se espera recibir en torno a 65.000 solicitudes únicas que permitirán transferir a las cuentas de los agricultores y ganaderos de Castilla y León cerca de 1.000 millones de euros.

A este respecto, el consejero, Jesús Julio Carnero, ha destacado que “se trata de una campaña de transición de cara a la aplicación de la reforma de la PAC post 2020, cuya entrada en vigor está prevista el 1 de enero de 2023, y donde estaremos inmersos en un momento especial dado que debido a la COVID-19, será necesario reforzar los modelos de gestión telemática y ofrecer más flexibilidad en los controles sobre el terreno para evitar al máximo posible los contactos presenciales”.

Por ello, Carnero ha indicado que “se garantizará el mayor grado de flexibilidad posible a los agricultores y ganaderos, de forma similar al año 2020 si fuera necesario, con medidas como la concesión de más tiempo para que las entidades y administraciones puedan tramitar las solicitudes correctamente, el aumento de los anticipos para los pagos directos y las ayudas al desarrollo rural o la reducción de las tasas de control”.

El consejero ha querido recalcar de forma especial la fortaleza de Castilla y  León en la implantación del nuevo método de control sobre el terreno de las ayudas, indicando que en 2021 todos los controles sobre el terreno se realizarán por seguimiento con satélite aplicando tecnología para su interpretación, es lo que se denomina monitorización,  adelantando su aplicación a las propuestas y recomendaciones de la Comisión Europea de cara a la nueva PAC post 2020.

En esta campaña ya se visibilizarán vía satélite las casi 5.300.000 hectáreas pertenecientes a más de 66.200 explotaciones que declaran PAC, y que recibirán cerca de 1.000 millones de euros.

El Instituto Tecnológico Agrario de Castilla y León (Itacyl) ha sido clave en el impulso de la puesta en marcha de la monitorización en la Comunidad, debido a que se trata de una implementación que requiere, sobre todo en su primera fase (‘Fase Automática’) de una alta carga tecnológica tanto en medios físicos (almacenamiento, computación) como de medios lógicos específicos de este sistema (software de identificación de cultivos, tratamiento de imágenes satelitales, algoritmos de inferencia para obtención de marcadores, etc) que, a su vez, requieren de personal técnico muy especializado en tecnologías de teledetección, sistemas de información geográfica (SIG) y tecnologías de la información y comunicaciones (TICS).

Todos los trabajos tecnológicos realizados por el Itacyl y sus resultados, son utilizados a continuación en la fase administrativa de la gestión del sistema de ayudas, de los que se encarga la Dirección General de la PAC que finaliza el proceso de control resolviendo por ‘Juicio de Experto’ los casos dudosos o no concluyentes y finalizando después la vía administrativa de todo el proceso.

La mejora en el rendimiento del control se obtiene de la gran reducción del número de visitas de campo. De visitar sobre el terreno el 5% de las parcelas aproximadamente en los métodos anteriores, se ha pasado a un 0,21% en 2020, cubriendo el 30% de la superficie declarada.

Herramienta de mejora de información para la gestión de la explotación

Carnero ha incidido en que “otro de los puntos importantes de cara a la futura PAC y otros requisitos añadidos ligados a la sostenibilidad, es que este tipo de controles e información podrán utilizarse como herramienta de mejora de la información para la gestión de la explotación, puesto que este proyecto genera datos útiles para una agricultura inteligente, es decir, que emplea tecnología moderna para aumentar la cantidad y la calidad de los productos agrarios aportando notables beneficios económicos a los agricultores”.

Por ejemplo, la capacidad de las imágenes por satélite puede servir para proporcionar información sobre el contenido de nitrógeno del suelo, o sobre la desecación, ayudar a optimizar la aplicación de fertilizantes y reorientar las prácticas en el regadío disminuyendo los costes y reduciendo los impactos medioambientales. Se conseguirá, de esta manera, avanzar en una agricultura de precisión, optimizar el uso del agua y los fitosanitarios y planificar mucho mejor las cosechas.

 

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