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En mayo, la inflación general se aceleró tres décimas hasta el 3,6% y la subyacente vio truncada su senda de gradual moderación, al aumentar una décima hasta el 3%. Los productos energéticos han recuperado de nuevo tasas positivas interanuales, y se sitúan como el componente más inflacionista de la cesta, superando a los alimentos.

En la evolución de los precios de los servicios cabe señalar que el dinamismo de su demanda y el aumento de los costes de producción, sobre todo los salariales, podrían ser factores que dificulten la contención de sus precios.

Si comparamos la evolución del IPCA con la del IPCA a impuestos constantes, se observa que la inflación habría aumentado seis décimas menos en abril. Es decir, de haberse mantenido las medidas de reducción de impuestos con respecto a abril de 2023, la inflación hubiera sido del 3%. En julio, el IVA de los alimentos volvería a sus niveles normales, aunque el Gobierno ha anunciado su intención de prorrogar la medida. Pero si el precio de la electricidad continúa aumentando, su IVA podría volver a reducirse, así que habrá que estar atentos a estas medidas por su posible impacto.

Las previsiones apuntan a que la inflación se mantendrá ligeramente por encima del 3,0% durante 2024 y la subyacente continuará moderándose, aunque de forma muy gradual, dada la resistencia a la baja de alguno de sus componentes. En todo caso, esta evolución se verá condicionada por el ritmo de reversión de las medidas antiinflacionarias y los precios de las materias primas en los mercados internacionales.

En la Unión Monetaria la inflación también ha repuntado ligeramente, dos décimas hasta el 2,6%, mientras que en España el IPCA de mayo aumentó su tasa interanual cuatro décimas, hasta el 3,8%, por lo que el diferencial se amplió a 1,2 puntos porcentuales.

Análisis desagregado

Dentro del componente subyacente, se observa un comportamiento heterogéneo en los precios de sus componentes. Así, mientras los precios de los servicios aceleran su tasa interanual en tres décimas hasta el 3,7%, los precios de los bienes industriales sin productos energéticos mantienen su tasa de variación en el 0,7%, y los alimentos con elaboración, bebidas y tabaco disminuyen su tasa interanual en dos décimas, hasta el 4,2%.

Los precios de los alimentos sin elaboración desaceleran su tasa interanual en cuatro décimas, hasta situarse en el 4,6%, tras haber registrado un repunte el mes anterior.

Los precios de los productos energéticos mostraron un significativo repunte, hasta el 8%, frente al 5% del mes anterior, debido fundamentalmente al aumento de los precios de la electricidad con respecto a mayo de 2023, que han más que compensado el descenso de los precios del gas con respecto al año anterior. También los precios del gasóleo y la gasolina muestran mayores incrementos, en línea con el aumento de los precios del petróleo de los últimos meses.

El precio del petróleo mostró una desaceleración en mayo con respecto a abril. El crudo Brent se situó en 82,9 dólares/barril en el promedio del mes, lo que, sin embargo, supuso un aumento del 7,5% en dólares y del 8,1% en euros frente a los precios de un año antes. En los primeros días de junio se sitúa en torno a 78,6 dólares/barril que, de mantenerse, implicaría un aumento del 4,2% en dólares y del 4,5% en euros.

Entre los motivos de la moderación de los precios se encuentra el menor riesgo de un conflicto armado directo entre Irán e Israel, por un lado, así como el anuncio de la OPEP+ de que, aunque prolongará las actuales restricciones sobre la producción, irá revirtiendo los recortes voluntarios progresivamente a partir de octubre, lo que contribuirá a aumentar la oferta. Además, los incrementos en la producción en países ajenos al cártel también están presionando a la baja el precio del crudo.

 

 

 

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