Un vino blanco de guarda, que va a seguir madurando en la botella, elaborado exclusivamente con viñas de más de 70 años cultivadas en el término municipal de Nieva, Segovia ,por encima de los 800 metros de altitud.
Fermentado en depósito de acero inoxidable ha permanecido con sus lías durante 4 meses.
Después ha descansado en barrica de roble francés durante dos inviernos, un lento periodo de evolución para alcanzar la complejidad aromática que muestra en este momento.
Solo 1.690 botellas elaboradas en esta primera cosecha, 2020
«Son muchas las ganas de desafiar las normas establecidas, de explorar más allá de lo hasta hoy conocido, nos cuenta el enólogo de las bodegas, Rafael Cuerda, que reconoce que Comenge es una familia de viticultores ricos en conocimiento y cariño por su trabajo, capaces de ilusionarse por este nuevo proyecto que hace ya cuatro años pusimos en marcha.»
«Porque hay un interés por preservar y dar a conocer el patrimonio genético y cultural de las viñas viejas de Nieva, viñas sabias cultivadas durante generaciones capaces de mostrar la frescura, el encanto, la originalidad y el enorme potencial de guarda de los vinos elaborados con sus uvas», nos explica Álvaro Comenge.
«Porque hay un interés por preservar y dar a conocer el patrimonio genético y cultural de las viñas viejas de Nieva, viñas sabias cultivadas durante generaciones capaces de mostrar la frescura, el encanto, la originalidad y el enorme potencial de guarda de los vinos elaborados con sus uvas», nos explica Álvaro Comenge.