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Con este estudio que se comenzó a realizar en 2018 la DO Valdepeñas cuenta con una herramienta que permita identificar los tipos de suelos y sus características lo que determinará la viabilidad de un nuevo proyecto y a mejorar los ya existentes.

En dicho trabajo se han descrito 90 perfiles de suelos, distribuidos la mayor parte de ellos, en zonas de esta denominación con suelos en los que actualmente se cultiva vid. Como indicó en la presentación de este trabajo a la prensa el presidente de la DO Valdepeñas, Jesús Martín, no solo se iban a estudiar los suelos que actualmente tienen viñedo, sino que también se abordaría el estudio de todos aquellos que en un futuro pudieran tenerlo.

El 6 de marzo de 2018 la DO Valdepeñas y la Universidad de Castilla-La Mancha firmaron un contrato de I+D para la realización de un mapa de suelos de dicha denominación, dos años más tarde el proyecto se ha concluido.  El trabajo ha sido realizado por el grupo de investigación “Suelos Vitícolas” de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Agrónomos de Ciudad Real (ETSIA) en la Universidad de Castilla-La Mancha. Cuyo responsable es el catedrático de Escuela Universitaria, Francisco Jesús García Navarro.

Para llevar a cabo la cartografía de la DO Valdepeñas, el equipo de investigación en una primera etapa recopiló la mayor parte de la información existente sobre la zona de estudio, referente a ubicación, geología, geomorfología, clima, vegetación, etc. En ésta misma fase, se procedió a delimitar las unidades fisiográficas presentes, mediante fotointerpretación.

En una siguiente etapa se procedió al reconocimiento del área sobre el terreno, continuaron los trabajos de campo, se realizó la selección de zonas propicias para la apertura de perfiles, descripción de los mismos y toma de muestras. En esta fase, los perfiles de suelos (abiertos con máquina retroexcavadora) se muestrearon hasta alcanzar el material de partida, describiéndose morfológicamente según la “Guía para la descripción de suelos” de FAO/UNESCO 2006.

Las muestras tomadas de los distintos horizontes se trasladaron a los laboratorios de la ETSIA de Ciudad Real donde se le realizaron análisis convencionales para la clasificación de suelos, siguiendo métodos científicos. Por ejemplo, se determinó, textura, pH, conductividad eléctrica, contenido en carbonato cálcico, caliza activa, etc. Además de los parámetros antes indicados, se realizaron análisis por fluorescencia de rayos X que permiten estudiar el origen geoquímico del suelo. Se determinaron, para cada perfil, 11 elementos mayoritarios (presentes en cantidades relativamente elevadas en el suelo): Aluminio, calcio, hierro, etc. y 27 elementos trazas (presentes en pequeñas cantidades en el suelo): Bario, cobre, molibdeno, cinc, etc.

Adicionalmente a los 90 perfiles descritos, se tomaron muestras superficiales para chequear aquellos puntos donde podrían existir dudas en la asignación de asociaciones de suelo y sobre las que se realizaron los mismos análisis que las muestras tomadas en los perfiles. Una vez realizada la etapa analítica se terminaron de definir las unidades de suelos.

La interpretación de los resultados, la clasificación taxonómica y la delineación cartografía de los suelos reconocidos fue el trabajo final que culminó con el levantamiento del mapa de suelos. Se delimitaron nueve unidades de suelos, lo suficientemente homogéneas en las que se puede extraer información bastante precisa sobre diferentes características agronómicas.

De forma paralela y a la vez que se tomaban las muestras de suelos, se realizaba la toma de muestras de hoja de viña para determinar el contenido en elementos minerales en los tejidos vegetales. El objetivo pretende una doble función: determinar el valor nutritivo, así como el estado fisiológico de la planta, por una parte, y obtener información sobre la posible huella geoquímica del suelo en la planta, al realizar, sobre material vegetal, análisis por fluorescencia de rayos X que proporciona resultados sobre una gran cantidad de elementos químicos.

Con todos los datos aportados en este estudio, la Denominación de Origen Valdepeñas puede disponer de una herramienta potente que permite identificar los tipos de suelos y sus características (porcentaje de carbonato y caliza, salinidad, pH del suelo, nivel de nutrientes, etc.) al poder localizar su o sus parcelas dentro de una de las 9 unidades de suelo. La estimación de estos valores determinará la viabilidad de un nuevo proyecto, y ayudará a fijar las labores preparatorias que necesita el suelo, la estrategia del abonado de fondo, la elección del patrón de plantación, el sistema de conducción, los sistemas de riego y, en definitiva, la adopción de cualquier medida correctora o complementaria que asegure el éxito del cultivo y la producción de uvas de calidad. En el caso de parcelas ya en explotación, estos resultados podrán dar explicación a posibles problemas detectados y a corregir errores con el objetivo de mejorar la calidad del producto que se obtenga.

Así mismo, en función al tipo de suelo, variedad, portainjerto, etc. se podrá elegir, si lo consideran adecuado, aquellas parcelas que proporcionan una mejor calidad con el objetivo de elaborar un vino cuya notoriedad o características se deban al medio geográfico, al factor humano o a ambos, en lo que se refiere a la producción de la uva, a la elaboración del vino o a su envejecimiento.

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