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La consejera de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía, Carmen Crespo, ha lamentado que la “falta de flexibilidad” del Parlamento Europeo haya impedido que las negociaciones de la futura Política Agrícola Común (PAC) se cerrasen este viernes en Bruselas. “Después de días duros de negociación, teníamos la esperanza de que se llegase a un acuerdo porque el marco general es vital para la aprobación posterior del Plan Estratégico Nacional y las posibilidades de una PAC contundente para Andalucía en los próximos diez años”, ha subrayado. La consejera confía en que el entendimiento se alcance en la cita de junio en Luxemburgo, con una premisa: “Ambición medioambiental, sí, pero con posibilidades y tiempo”.

Como representante de las comunidades autónomas durante el primer semestre de 2021, Carmen Crespo ha acompañado el ministro Luis Planas en la reunión del Consejo de Agricultura y Pesca de la Unión Europea. A su juicio, los representantes de los Estados miembro “han hecho lo posible por llegar a un acuerdo en la Política Agrícola Común a lo largo de estos días, pero la propuesta del Parlamento ha sido demasiado ambiciosa y poco flexible en las cuestiones medioambientales y sociales, y la Comisión no ha tendido puentes, como es su obligación”.

La consejera ha recordado la importancia del acuerdo, pues están en juego los recursos económicos y las posibilidades para una década. Y ha detallado las tres cuestiones básicas por las que no se ha alcanzado el necesario consenso: primero, una agricultura sostenible, pero posibilista; en segundo lugar, sin competencia desleal de terceros países y, por último, con mecanismos de gestión de crisis ágiles.

El punto principal de fricción han sido los ecoesquemas, el nuevo régimen de pago para promover la protección del medio ambiente y el clima mediante el presupuesto del primer pilar. “No podemos pedir a los agricultores que hagan más con menos recursos. Evidentemente, tenemos que ir hacia una agricultura más sostenible, pero debemos partir de que los agricultores ya están haciendo una agricultura sostenible. En Andalucía tenemos un 23,5% de superficie de agricultura ecológica, la de producción integrada es cada vez mayor, estamos apostando por el control biológico de plagas en nuestros cultivos… La ambición medioambiental está clara, pero tiene que ser posibilista con tiempo y recursos económicos. No se pueden plantear cuestiones imposibles porque garantizar la rentabilidad de la actividad de los agricultores es importante”.

Pese a todo, Crespo ha confiado en que durante el mes de junio, en Luxemburgo, se alcance el acuerdo final. “España está de acuerdo con las propuestas de consenso de la presidencia portuguesa, que plantea una posición equilibrada en la aplicación de los ecoesquemas”. “Ambición medioambiental, sí, pero con posibilidades y tiempo -ha añadido Crespo-, sin que supongan costes adicionales inasumibles a la producción”.

La consejera ha señalado que Andalucía, como representante de las CCAA de España, ha puesto “encima de la mesa” la necesidad de eliminar la competencia desleal de terceros países. “Si se exigen condicionantes a nuestros agricultores que elevan los costes de producción, hay que exigir lo mismo a los productos que vienen importados. Si esto no se cumple, no tendremos una buena PAC para el futuro”. Y, por último, Crespo ha subrayado que “una buena PAC implica una buena OCM”, porque “sin mecanismos de gestión de crisis que permitan hacer retiradas compensando a los agricultores, las pérdidas por crisis de mercado continuarán”.

Andalucía representa el 27% de la PAC española al tratarse de una comunidad eminentemente agrícola y el sector ha demostrado durante el periodo de pandemia su capacidad de resiliencia, abasteciendo a los mercados de medio mundo, por lo que la consejera ha reclamado su reconocimiento

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