El Comité Económico y Social Europeo aprobó el 12 de julio un dictamen sobre “Seguimiento de la inflación, de las medidas energéticas y de la resiliencia energética en sectores esenciales de la economía” en el que se analiza el impacto de la crisis energética desatada tras el COVID-19 y la guerra en Ucrania en las empresas europeas, sus trabajadores y el conjunto de la ciudadanía.
El dictamen, cuyo ponente principal ha sido Felipe Medina, consejero del CESE por el grupo de empleadores y secretario general técnico de ASEDAS y que ha contado con el asesoramiento del economista David Uclés, destaca el grave impacto que la crisis de precios de la energía y de las materias primas ha tenido en empresas de sectores económicos esenciales (como el agroalimentario, la distribución alimentaria o el transporte), que no pueden detener su actividad sea cual sea el precio de la energía, el combustible o las materias primas. Además, reconoce su capacidad de resiliencia para actuar como dique de contención ante el incremento de los precios al servicio de los consumidores europeos.
Entre las soluciones, el dictamen apunta a la necesidad de fomentar, facilitar y priorizar por parte de las administraciones públicas la puesta en marcha de inversiones –por ejemplo, en energías renovables- y medidas de ahorro y eficiencia energética en empresas de sectores esenciales y en hogares para proteger a ambos de futuras crisis.
En este sentido, el texto se refiere también a los efectos positivos de algunas medidas de control de los precios, como la reducción temporal del IVA en algunos alimentos y en los carburantes aprobada por algunos estados miembro, que ha resultado ser la actuación más idónea para suavizar los efectos de la inflación de productos básicos. Además, se señala la necesidad de poner mayor foco en las familias con rentas más bajas y con mayores dificultades.
El contexto inflacionista surgido de la pandemia y de la guerra ha derivado en “problemas de amplio espectro en toda la economía, tales como: aumentos de costes de producción desproporcionados, reordenación de las cadenas de suministro, dificultades de abastecimiento de alimentos y otros bienes, encarecimiento de las inversiones o pérdida de poder adquisitivo de los hogares europeos”, asegura el dictamen del CESE.
Así mismo, reconoce el enorme esfuerzo desarrollado por los sectores esenciales europeos, “que han garantizado a los consumidores europeos el acceso permanente a productos básicos y de primera necesidad en cada rincón de la UE, trabajando en unas condiciones extremadamente difíciles debido a la pandemia, la crisis energética, la guerra en Ucrania y diversos fenómenos climatológicos adversos”.
Felipe Medina ha manifestado tras la aprobación del Dictamen: “los sectores esenciales europeos, incluyendo la distribución alimentaria, han estado a la altura de los enormes e inéditos desafíos a los que nos hemos enfrentado en los últimos años. Pero la crisis energética y las tensiones geopolíticas siguen poniéndolos a prueba, por eso es necesario que los diferentes niveles administrativos tomen las medidas necesarias para garantizar un acceso a la energía a precios competitivos como una de las condiciones necesarias para seguir cumpliendo con su labor de servicio a la sociedad”.