En los vinos blancos de esta cosecha se observa una calidad muy buena en su perfil aromático y estructura; y en los tintos se ha comprobado diversidad de potenciales según las maduraciones de variedades y/o comarcas o su rango de envejecimiento.
Eso ha llevado al Consejo Regulador a calificar la Añada 22 como “Buena+”. Una valoración a medio camino entre “buena” y “muy buena”, que quiere respetar criterios de calidad más exigentes, pero también crear nuevos huecos y diversidad respecto a las cosechas alicantinas, como en este caso.