La campaña de saca del corcho de este año se ha cerrado con un volumen de corcho extraído que ronda las 3.000 toneladas, una cantidad que se acerca a los volúmenes habituales de hace tres años, cuando todavía no se sufría de sequía en Cataluña.

En cuanto al precio de este corcho, este año se ha producido una ligera tendencia de descenso respecto al año anterior.

Los efectos de la sequía

Ésta ha sido una campaña de saca tardía, que comenzó la primera quincena de junio y se ha alargado hasta finales de julio o en algunos lugares hasta principios de agosto.

La razón de este retraso ha sido la sequía acumulada de los últimos años, que durante el primer trimestre de 2024 dejó a los bosques en un estado que no aconsejaba la leva. Pero las lluvias abundantes de la primavera, combinadas con las temperaturas suaves que alargaron la floración y el cambio de hoja, hicieron cambiar las expectativas y finalmente gran parte de los propietarios se animaron a pelar.

Sin embargo, la sequía de los bosques todavía es muy intensa y el estado de vitalidad de los alcornocales no es lo que debería ser. Las afectaciones sanitarias (corco, hongos y otras enfermedades) directas al corcho, así como los efectos indirectos como los ataques de Lymantria de 2019 y 2020, han reducido el porcentaje de corcho de la calidad más alta.