La Comisión Europea presentó el pasado 18 de febrero su estrategia comercial para los próximos años. La estrategia, que refleja la idea de autonomía estratégica abierta, parte de la apertura de la UE para contribuir a la recuperación económica mediante el apoyo a las transformaciones ecológica y digital, y hace un hincapié renovado en el refuerzo del multilateralismo y en la reforma de las normas comerciales mundiales para velar por que sean justas y sostenibles. Cuando sea necesario, la UE adoptará una postura más firme en la defensa de sus intereses y valores, incluso a través de nuevos instrumentos.
A la hora de hacer frente a uno de los mayores retos de nuestro tiempo y de responder a las expectativas de los ciudadanos europeos, la Comisión sitúa la sostenibilidad en el centro de su nueva estrategia comercial, en apoyo de la transformación fundamental de su economía en una economía climáticamente neutra. La estrategia abarca una serie de grandes medidas centradas en el refuerzo de las normas comerciales mundiales y en la contribución a la recuperación económica de la UE.
Acerca de la nueva estrategia, Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo y comisario de Comercio, ha declarado que “los retos a los que nos enfrentamos requieren una nueva estrategia de política comercial de la UE. Necesitamos un comercio abierto y basado en normas para contribuir a recuperar el crecimiento y la creación de empleo después de la COVID-19. Asimismo, la política comercial debe sostener plenamente las transformaciones ecológica y digital de nuestra economía y liderar los esfuerzos mundiales por reformar la OMC. También deberá ofrecernos los instrumentos necesarios para defendernos cuando nos enfrentemos a prácticas comerciales desleales. Estamos siguiendo un rumbo abierto, estratégico y firme, haciendo hincapié en la capacidad de la UE para tomar sus propias decisiones y para configurar el mundo en derredor mediante el liderazgo y el diálogo, de manera que refleje nuestros intereses y valores estratégicos”.
En respuesta a los retos actuales, la estrategia da prioridad a una importante reforma de la Organización Mundial del Comercio que abarque compromisos mundiales en materia de comercio y clima, nuevas normas sobre el comercio digital, normas reforzadas para hacer frente a las distorsiones de la competencia y el restablecimiento de su sistema de solución de diferencias vinculante.
La nueva estrategia reforzará la capacidad del comercio para apoyar las transiciones digital y climática, en primer lugar, al contribuir a la consecución de los objetivos del Pacto Verde Europeo y, en segundo lugar, al eliminar las barreras comerciales injustificadas en la economía digital para aprovechar las ventajas de las tecnologías digitales en el comercio. Al reforzar alianzas como la asociación transatlántica y prestar mayor atención a los países vecinos y a África, la UE será más capaz de configurar el cambio mundial.
Paralelamente, la UE adoptará una actitud más estricta y firme en relación con la aplicación y el cumplimiento de sus acuerdos comerciales, la lucha contra el comercio desleal y el tratamiento de los problemas de sostenibilidad. La UE está intensificando sus esfuerzos por garantizar que sus acuerdos reporten las ventajas negociadas a sus trabajadores, agricultores y ciudadanos.
Esta estrategia se basa en una consulta pública amplia e inclusiva que ha recibido más de 400 contribuciones de partes interesadas muy diversas y ha contado con actos públicos en casi todos los Estados miembros además de un intenso diálogo con el Parlamento Europeo, los Gobiernos de la UE, las empresas, la sociedad civil y los ciudadanos en general.
Además, han entrado en vigor unas nuevas y sólidas normas para hacer cumplir las normas comerciales que reforzarán aún más la caja de herramientas de la UE a la hora de defender sus intereses. Con la actualización del Reglamento de la UE de ejecución de las normas comerciales, la UE puede actuar en una gama más amplia de circunstancias.
Estas nuevas normas mejoran la capacidad de ejecución de la UE introduciendo los siguientes cambios:
- Facultar a la UE para que actúe a fin de proteger sus intereses comerciales en la Organización Mundial del Comercio (OMC) y en virtud de acuerdos bilaterales cuando una diferencia comercial esté bloqueada a pesar de que la UE haya tratado, de buena fe, de seguir los procedimientos de solución de diferencias (anteriormente, el Reglamento solamente permitía actuar una vez finalizados los procedimientos de solución de diferencias); y
- ampliar el ámbito de aplicación del Reglamento y de las posibles contramedidas de política comercial a los servicios y a determinados aspectos de los derechos de propiedad intelectual (DPI) relacionados con el comercio (anteriormente, el Reglamento solo permitía contramedidas en relación con las mercancías).
Valdis Dombrovskis, vicepresidente ejecutivo de la Comisión y comisario de Comercio, declaró que “la Unión Europea debe poder defenderse contra las prácticas comerciales desleales. Estas nuevas normas nos ayudarán a protegernos de quienes intentan aprovecharse de nuestra apertura. Seguimos trabajando en pro de nuestra primera preferencia, que es un código normativo multilateral reformado y que funcione correctamente, y que tenga como núcleo un sistema eficaz de solución de diferencias. Pero no podemos permitirnos permanecer indefensos entre tanto. Estas medidas nos permiten responder de forma decidida y firme”.
En consonancia con las orientaciones políticas de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, la Comisión está reforzando los instrumentos de la Unión para centrarse en el cumplimiento y la ejecución de los acuerdos comerciales de la UE.
Una prioridad clave de esta Comisión es garantizar el respeto de los compromisos acordados con otros socios comerciales. Por consiguiente, la UE se está centrando especialmente en exigir el cumplimiento de los compromisos contraídos por sus socios en los acuerdos comerciales multilaterales, regionales y bilaterales. Para ello, la Unión se apoyará en un conjunto de instrumentos.