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Mercados locales, nuevas alianzas, experiencias al aire libre y transformación digital. Estas son algunas de las respuestas que los participantes en el seminario organizado por la OIV y la OMT han propuesto para relanzar el enoturismo tras la pandemia provocada por el Covid’19.

El 22 de septiembre, el director General de la OIV, Pau Roca, y el Secretario General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), Zurab Pololikashvili, dieron la bienvenida a ponentes del sector del enoturismo y a participantes de todo el mundo para un seminario web organizado de forma conjunta por ambas organizaciones. El seminario bajo el título “La innovación en el enoturismo en el contexto de la covid-19” se celebró en cooperación con el Think Tank del Enoturismo Internacional y fue moderado por Mariëtte du Toit-Helmbold, desde Ciudad del Cabo.

Ponentes de Argentina, Chile, Francia, Italia y España compartieron su experiencia reciente sobre cómo abordaron el impacto de la covid-19 en su actividad enoturística. Emergieron algunas tendencias comunes en relación con cómo innovar para volver a pensar y recrear el enoturismo en el contexto actual. Se resaltaron la importancia de los mercados locales, las nuevas alianzas, las experiencias al aire libre y la transformación digital. 

La importancia de compartir las buenas prácticas

Como explicó Pau Roca, la creación de la OIV en 1924 fue una respuesta a una crisis. Hoy, estamos afrontando una “crisis diferente en la cual la OIV está en una posición central para aportar respuestas y brindar soluciones, para desarrollar la economía de los viñedos y los viticultores, como también para promover el comercio de vino”. En su opinión, el atractivo del enoturismo se basa en tres puntos clave: diversidad, áreas rurales y vínculos culturales muy fuertes.

En opinión de Zurab Pololikashvili, el turismo gastronómico y el enológico son pilares esenciales del desarrollo del turismo en las zonas rurales. Destacó que resulta fundamental para todos los Estados miembros de la OMT apoyar el turismo rural, donde el vino juega un papel crucial: “la coordinación es uno de los aspectos centrales de nuestras vidas en los últimos meses” y será a través de las buenas prácticas compartidas que lograremos la recuperación y la reactivación del turismo”. La alianza entre la OIV y la OMT es de gran relevancia y “remar en la misma dirección es lo que la economía del turismo espera que hagamos”, declaró el director general de la OIV.

“La tecnología es un posibilitador que necesita una historia humana”

La moderadora, Mariëtte du Toit Helmbold, señaló que el “turismo ha sido siempre resiliente y que el sector está trabajando intensamente para reconstruirse aún más fuerte y sostenible que antes. El sector ha sido puesto de rodillas por un férreo confinamiento y dos prohibiciones absolutas en la venta de vino en Sudáfrica. Resulta imperativo que reactivemos el turismo de manera sensible y lo reconstruyamos con un énfasis en el viaje local y sostenible”. La prioridad debe ser la salud y la seguridad para dar tranquilidad a las personas.

Luego, la colaboración entre los sectores y las regiones, con un hincapié en el mercado y la población local, que son los mayores activos para el enoturismo. Y, finalmente, un enfoque creativo con soluciones digitales que tengan en cuenta que la tecnología es un posibilitador que requiere una historia humana para tener un impacto real.

Roberta Garibaldi, de la Associazione Italiana Turismo Enogastronomico, presentó un panorama general de la crisis, sus consecuencias y adaptaciones  sobre la base de la autoevaluación de empresas que respondieron a un cuestionario. Brindó una detallada descripción de la situación en Italia y España, acompañada de información sobre Francia, Portugal, México, Chile, Brasil, Argentina y Sudáfrica. Los resultados muestran un cambio radical en las actividades propuestas por las empresas, nuevas estrategias de marketing y consecuencias financieras.

La experta italiana enfatizó especialmente la diversificación de las experiencias, junto a una mayor preferencia por la cultura local, que constituyen dos herramientas alentadoras para reconstruir el sector del enoturismo de manera más sostenible e inclusiva.

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