El Comité Europeo de Empresas Vitivinícolas (CEEV), en el que se integra la FEV, ha publicado el 21 de mayo su ‘Manifiesto sobre el futuro del sector vitivinícola en la UE’, en el que se describe la compleja situación de las empresas del sector e identifican soluciones para aplicar un enfoque coherente e integrado en el marco de la nueva legislatura. “Fenómenos meteorológicos extremos impredecibles, inflación, aumento de los costes de producción, incertidumbre geopolítica, demonización de las bebidas alcohólicas… El sector vitivinícola europeo se enfrenta a una serie de retos estructurales y coyunturales que ponen en riesgo su sostenibilidad a largo plazo “, ha apuntado Mauricio González-Gordon, presidente del CEEV. A lo que ha añadido que “el sector vitivinícola de la Unión Europea aporta beneficios significativos a nuestra sociedad, por lo que es nuestro patrimonio, nuestras zonas rurales y su economía lo que está en riesgo”.
Con 3 millones de empleos directos, un impacto fiscal positivo de 52.000 millones de euros y un valor de mercado superior a 100.000 millones de euros, el sector vitivinícola sigue siendo una piedra angular de la economía de la UE, especialmente en las zonas rurales, donde desempeña un papel crucial en la lucha contra la despoblación. Sin embargo, a pesar de su importancia socioeconómica, los desafíos climáticos, regulatorios y sociales plantean barreras significativas a la sostenibilidad y competitividad del sector y lo ponen en riesgo.
En respuesta a estos temas urgentes, el sector vitivinícola europeo ha identificado seis prioridades estratégicas destinadas a fomentar la resiliencia, la innovación y el crecimiento sostenible:
– Reforzar una Política Agrícola Común (PAC) orientada al mercado que impulse la competitividad y reduzca la complejidad administrativa.
– Conciliar la tradición y la innovación en la legislación de la UE para adaptar los productos vitivinícolas a las nuevas expectativas, demandas y tendencias de los consumidores, preservando al mismo tiempo la cultura del vino.
– Apoyar la resiliencia climática y la transición verde definiendo los principios de la producción sostenible de vino, priorizando las medidas de mitigación y reconociendo los servicios que el viñedo presta a los ecosistemas en los que se encuentra.
-Reforzar el mercado único de la UE y reducir los costes de comercialización mediante la plena armonización de las normativas, la promoción de la digitalización y la facilitación del comercio electrónico para las empresas vitivinícolas.
– Mantener una estrategia comercial ambiciosa que persiga una estrategia comercial firme de la UE para ampliar el acceso al mercado, abordar las barreras comerciales y proteger los productos vitivinícolas de conflictos comerciales no relacionados.
– Adoptar una política sanitaria de la UE coordinada, pragmática y basada en la ciencia que distinga entre consumo moderado de vino y abuso de alcohol y fomente el diálogo constructivo entre todas las partes implicadas.
“Necesitamos un enfoque vitivinícola coherente en el ámbito político para actualizar las leyes y luchar contra determinados ataques injustos a nuestra cultura vinícola. Solo entonces podremos garantizar la fortaleza duradera del sector y seguir ofreciendo una diversidad, patrimonio y excelencia sin precedentes en cada botella”, ha señalado Ignacio Sánchez Recarte, Secretario General del CEEV.
En España, desde la Federación Española del Vino (FEV) se han mantenido ya en las últimas semanas diversos contactos y encuentros con algunos de los candidatos españoles a los próximos comicios europeos para trasladarles precisamente estos desafíos y prioridades sectoriales recogidas en el Manifiesto.
Además se han planteado a los futuros eurodiputados las principales necesidades del sector de cara a la nueva legislatura europea, que pasan por que haya un mayor enfoque de agricultura y vino en todas políticas que puedan afectar al sector (también en materia medioambiental o de salud), el refuerzo de la Comisión de Agricultura del Parlamento Europeo y el mantenimiento del Intergrupo dedicado al vino, así como una mayor coherencia en las distintas legislaciones y participación del sector ante nuevas propuestas legislativas.