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El brutal incrementó de los costes de producción frenó cualquier expectativa de progreso del campo español en 2021, mientras que la nueva Ley de la Cadena aparece como la única luz en los últimos doce meses para los pequeños agricultores y ganaderos, según manifiesta UPA.

Para UPA, “el 2021 pasará a la historia por muchas cosas, pero no por haber sido el año de la recuperación para los agricultores y ganaderos españoles. Un ejercicio que comenzó con ciertas expectativas, con la recuperación de los precios de algunos productos, con un reconocimiento social y mediático importante, y que finalmente termina con protestas agrarias por todo el país exigiendo, una vez más, respeto y precios justos”,

En su balance del 2021, la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) apunta a la “avaricia de los de siempre: especuladores, intermediarios y demás personas y empresas sin escrúpulos” como los culpables de haber “usurpado” a los productores de alimentos el incremento de precio que de hecho están pagando los consumidores.

El 2021 ha sido un año de tristes récords para el campo: récord en costes de producción y récord en siniestralidad meteorológica. Un año que empezó con Filomena y terminó con ríos desbordados, en unas zonas, y graves sequías en otras. Sin olvidar el volcán de La Palma y sus “terribles efectos” en la agricultura palmera.

Esperanzas en un 2022 mejor para el campo

UPA ha confiado en que en 2022 la nueva Ley de la Cadena Alimentaria empiece a dar sus frutos, fortaleciendo la posición de los agricultores y ganaderos y logrando un sistema más justo para la comercialización de alimentos “desde la granja hasta la mesa”.

Como hitos legislativos, UPA ha recordado el acuerdo final para la reforma de la Política Agraria Común –“mejorable, pero con elementos positivos”– y la citada Ley de la Cadena. En el lado negativo, el blindaje del lobo ibérico, ninguneando a los ganaderos, “una torpeza política cuyos efectos ya se están sufriendo en el medio rural español”.

De cara a 2022, UPA ha mostrado su esperanza en superar de una vez por todas la nefasta pandemia de COVID-19 y que los precios justos lleguen a todos los sectores. “Trabajaremos duro para lograr que el respeto y el reconocimiento que nos transmiten los consumidores se extienda al resto de actores de la cadena agroalimentaria, logrando un sistema más justo y transparente”, han asegurado. “España se lo merece, los pueblos se lo merecen, los y las agricultores y ganaderos nos lo merecemos”.

Culmina, al fin, la reforma de la PAC

Durante el año 2021, se ha acelerado el proceso de reforma de la PAC tanto a nivel comunitario como nacional. Tras varios años de negociación las diferentes instituciones comunitarias han ratificado los documentos de base, que han servido para la elaboración del Plan Estratégico (PEPAC), que se encuentra en fase de audiencia pública. En este período se ha producido un debate intenso entre Ministerio de Agricultura y CCAA, que por desgracia ha estado marcado por una única premisa; la defensa del presupuesto regional, frente a la mejora del reparto del mismo con la puesta en marcha de medidas destinadas a las explotaciones familiares y profesionales de la agricultura y ganadería españolas.

A pesar de lo complicado que supone la modificación de sistemas muy establecidos, en el seno del PEPAC la UPA ve luces y sombras. Por un lado, por primera vez en España, se van a poner en marcha sistemas de retribución más equilibrada, lideradas por el establecimiento de techos por explotación y por la nueva ayuda redistributiva. Sin embargo, en opinión de UPA es necesario denunciar la escasa apuesta por estas medidas, utilizando todas las herramientas que permite el acuerdo en Bruselas. El techo por explotación se ha ido poco a poco descafeinando para que las grandes explotaciones puedan seguir cobrando cantidades de ayuda por encimas de los 200.000 o 300.000 euros, y el presupuesto destinado a la ayuda redistributiva al final se ha quedado en el 10%. Además, las ayudas asociadas no van a estar condicionadas por la degresividad, y por tanto no se cumplirá con una de las conclusiones de los estudios previos elaborados por el MAPA, según la cual, las explotaciones más grandes dependen en bastante menor medida del apoyo público, y por tanto su rentabilidad no se vería afectada por una rebaja de las ayudas directas.

Por otro lado, es necesario destacar que el PEPAC tendrá un efecto muy negativo en aquellas explotaciones agrícolas y ganaderas con poca o nula superficie admisible, ya que los mecanismos aprobados no tienen en cuenta esta situación tan especial de nuestro país.

La nueva Ley de la Cadena Alimentaria: hito histórico para el campo

La Ley de mejora del funcionamiento de la Cadena alimentaria es una Ley que deberá servir para cambiar la forma de operar en la cadena alimentaria, restableciendo el equilibrio perdido por unas relaciones de fuerza y capacidades de negociación totalmente asimétricas durante décadas.

Para UPA esta Ley es un logro histórico de los agricultores y ganaderos de toda España que, con su esfuerzo, sus demandas y sus reivindicaciones durante los últimos años logran así una protección legislativa sin precedentes y que sitúa a España a la vanguardia de la protección del sector productor en Europa.

Se trata de un instrumento necesario para cambiar la cultura imperante en la cadena agroalimentaria de tal forma que insta a todos los eslabones a generar valor y a tener en cuenta al resto de la cadena. Instaura una nueva forma de operar y de trabajar.

Pero, como todos los cambios de concepto seguramente requiera tiempo para que esta nueva filosofía impregne a toda la cadena y suponga los cambios que el sector agrario necesita y por los que ha impulsado su modificación.

Una tormenta perfecta de costes de producción

En este 2021 el sector agrario ha sufrido una coyuntura sin precedentes donde todos los elementos que intervienen en la estructura de costes del sector agrario están experimentando una subida sin precedentes.

UPA ha mostrado su gran preocupación por la situación que se está produciendo y que denomina la “tormenta perfecta”. Los agricultores y ganaderos es que día tras día se enfrentan a un encarecimiento de sus materias primas lo que está poniendo en situación realmente complicada a muchas explotaciones.

Esta subida es generalizada y afecta a todos los inputs: energía y carburantes, fertilizantes, fitosanitarios, plásticos, piensos, repuestos, maquinaria, vidrio, cartonaje, transporte…

Estamos asistiendo a subidas de los fertilizantes que duplican el precio de los del año pasado, piensos en torno a un 26%, la electricidad supera el doble de su coste respecto al año pasado, el gasóleo ha subido un 47%, los fitosanitarios con subidas muy dispares (entre el 5 y el 70%) y los plásticos una media del 70%

La siniestralidad agrícola se disparó en el campo

2021 ha sido un año complicado para los seguros agrarios por el número de siniestros y la envergadura de los mismos. Es muy posible que el año termine con una siniestralidad superior a los 700 millones de euros. La superficie afectada supera los 1,3 millones de hectáreas.

Las producciones de fruta, hortalizas, uva de vino, cítricos, herbáceos extensivos, caqui, almendro, olivar, plátano y cereza son las más afectadas, y entre todas superan los 540 millones de euros.

La inestabilidad meteorológica ha incidido con fuerza en Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Aragón, la Región de Murcia, Castilla y León, Cataluña, Andalucía y Extremadura.

Esta situación no es nueva y se suma a los incrementos en siniestralidad de los años precedentes. Es muy probable que esto sea el efecto del cambio climático en nuestras explotaciones.

El sistema está dando muestras de la necesidad de una revisión en profundidad para asegurar que sigue siendo una herramienta eficaz para el sostenimiento de las rentas del sector en un contexto de cambio climático.

Se inició el año con un presupuesto de Enesa de 256,47 millones, lo que supone un incremento de 40 M€.

 

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