Felipe Medina analiza ante la Comisión Europea las enseñanzas de la pandemia Covid, de la guerra de Ucrania o del paro de transporte. El esfuerzo de los empresarios, el compromiso de los empleados y la colaboración con las Administraciones Públicas son algunas de las claves para abordar situaciones de crisis.
Felipe Medina, secretario general técnico de ASEDAS (Asociación Española de Distribuidores, Autoservicios y Supermercados), defendió el 1 de marzo ante la Dirección General para la Agricultura y el Desarrollo Rural de la Comisión Europea el papel de los supermercados españoles para aportar tranquilidad y seguridad al consumidor sobre el suministro de alimentos en situaciones de crisis como la reciente pandemia Covid-19, la guerra de Ucrania o el paro de transporte.
Ante el grupo de expertos que trabaja en la redacción de un Mecanismo Europeo de Respuesta para Garantizar el Suministro y la Seguridad de la Alimentación, Medina relató la experiencia de la distribución alimentaria española -que durante la pandemia Covid registró la menor rotura de stock de los países de su entorno- en diversas situaciones de crisis y subrayó los tres ejes en los que se apoya la relación con el consumidor en momentos tan complicados.
El primero son los trabajadores como “embajadores de la tranquilidad”, que durante los últimos años han demostrado su compromiso, su profesionalidad y su orgullo de pertenencia al sector. El segundo, la relación de confianza con la sociedad civil a través, entre otros, del trabajo leal con las organizaciones de consumo y con los medios de comunicación, como socios para transmitir seguridad a los consumidores y evitar innecesarias situaciones de acopio. El tercero, la colaboración con las Administraciones Públicas, buenas aliadas cuando actúan con diligencia para contar con información veraz, sólida, cuantificable y demostrable, que ayude a actuar con rapidez, eficacia y credibilidad ante cualquier problema.
Todo ello, como se ha comprobado en los últimos años, necesita de otro actor imprescindible: los empresarios del sector de la distribución alimentaria. Estos, en momentos muy complicados, han sabido tomar decisiones valientes, arriesgadas y comprometidas, siempre anteponiendo su labor como sector esencial y su compromiso con el servicio al consumidor. “Los empresarios son los que mejor conocen sus tiendas, su negocio, y quienes mejor saben lo que hay que hacer en momentos de crisis para garantizar el acceso a la alimentación. Han dado, y siguen dando, ejemplo en la gestión de crisis”, subrayó el secretario general técnico de ASEDAS.
La eficacia del modelo de distribución alimentaria en España ha sido puesta a prueba en varias ocasiones a lo largo de los últimos años. La crisis económica de 2008 obligó a hacer ajustes para responder a la caída del consumo y a las necesidades de la población; la pandemia Covid supuso la mayor prueba de resistencia para asegurar el suministro en todo momento y hacerlo con las necesarias medidas de seguridad sanitaria para empleados y clientes; y, por último, la actual guerra de Ucrania está creando una inusitada tensión sobre los costes y los precios, que la distribución aborda con medidas de contención de gastos y estrechamiento de los márgenes.
De todas estas crisis se han obtenido enseñanzas valiosas que apuntalan a los supermercados de proximidad como un modelo eficiente para llevar una alimentación completa, variada, segura y a precios competitivos al consumidor y que, además, tiene la capacidad de adaptarse a las necesidades cambiantes de los clientes.