Los blancos de Albarín y los rosados y tintos de Prieto Picudo logran una vez más el más alto reconocimiento a la calidad enológica para una vendimia de 3.034.724 kilos de uva sana y de excelentes aptitudes. Alta expresión aromática, frescura, viveza y franqueza fueron aspectos valorados por el comité calificador.
La añada 2023 de la Denominación de Origen León ha alcanzado la calificación de “excelente” tras ser evaluados diez vinos, cuatro de ellos blancos de la variedad Albarín y cuatro rosados y dos tintos de Prieto Picudo, todos ellos monovarietales. Es la séptima vez que el Consejo Regulador de la zona de producción vitivinícola del sur-sureste de la provincia de León y norte de la de Valladolid consigue la más alta distinción a la calidad enológica, tras las encadenadas para las cosechas de 2014 y 2015, posteriormente las de 2018, 2019 y 2020 y, finalmente, también la 2022. La calificación la certificó un comité de cata de alto perfil profesional integrado por directores técnicos de otras cinco denominaciones de origen, enólogos que desarrollan su actividad en distintas zonas de producción, sumilleres y representantes del sector hostelero y de la alta cocina y de asociaciones profesionales relacionadas con la actividad vinícola, gastronómica y el consumo en general. La cata técnica se celebró en esta ocasión en el claustro del Hotel Real Colegiata de San Isidoro, en la capital de la provincia.
El comité de calificación, de marcado carácter técnico y básicamente externo, y por tanto mayoritariamente ajeno a la D.O. León, lo constituyeron en esta ocasión doce catadores: Pablo Franco (director técnico de la D.O. Rioja), Álex González (director técnico de la D.O. Ribera del Duero), Carmen Gómez (directora técnica de la D.O. Bierzo), Raúl Escudero (técnico gerente de la D.O. Cigales), Olga Verde (enóloga que desarrolla su actividad profesional en Rías Baixas y Bierzo y es viticultora y expresidenta de Bierzo Enoturismo-Ruta del Vino del Bierzo), Francis Giganto (enólogo de larga trayectoria profesional en cooperativas y bodegas), Rafael Alonso (también enólogo en nuestro territorio), Mónica González (sumiller, campeona provincial por tercer año consecutivo), Lidia Martín (sumiller del restaurante Pablo, una estrella Michelin), Marcos Vidal (sumiller y hostelero), Pepe Cañedo (presidente de la Academia Leonesa de Gastronomía) y Paula Álvarez (gerente de la patronal Hostelería León).
El comité de calificación tomó como referencia para la evaluación de la cosecha cuatro vinos blancos elaborados con uva de la variedad Albarín y cuatro rosados y dos tintos —ninguno de ellos con paso por madera— de Prieto Picudo, las dos viníferas autóctonas con las que prácticamente todas las bodegas adscritas al Consejo Regulador elaboran sus monovarietales de alta calidad. Fueron precisamente la gran viveza, la limpieza y pureza y el marcado carácter varietal los aspectos más valorados por el jurado en la evaluación de los vinos que se elaboran en esta zona de producción del sur de la provincia, en este caso a partir de una vendimia de gran calidad y casi 3,1 millones de kilos de uva.
Los vinos de la cosecha 2023, al igual que ocurrió con los de la 2022, vuelven a destacar por la altísima calidad y frescura de los blancos elaborados con uva Albarín, en los que los perfiles tropicales conviven en gran armonía con los cítricos, tan característicos de esta variedad, con un paso por boca untuoso y agradable que expresa el perfecto ensamblado entre el contenido grado alcohólico y la acidez justa que le aporta frescura. En la misma línea se manifiestan los rosados, con homogeneidad de color y un excelente momento de evolución, conservando toda la frescura, intensidad y personalidad de la variedad Prieto Picudo. Vuelve a destacar, como ocurrió con la añada 2022, la calidad de los tintos, confirmando la evolución que están alcanzando estas elaboraciones con vinos extraordinariamente frutales en nariz que expresan a la perfección el potencial y el fuerte carácter de la variedad de referencia para la Denominación de Origen León. En el paso por boca, el carácter agreste está perfectamente pulido en una añada especialmente propicia para el envejecimiento, pero dejando testimonio aromático y gustativo de la fuerza varietal, rusticidad y personalidad de la Prieto Picudo.