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Aunque el mercado español concentra el 54% de sus ventas, la internacionalización creciente alcanza ya el 46%. El grupo vitivinícola produce cerca de un millón de botellas, cuenta con 400 hectáreas de viñedo propio y tiene presencia en 45 países.

Tras 47 años de trayectoria y una firme apuesta por elaboraciones limitadas, sostenibles y excelentes, Masaveu Bodegas está impulsando su estrategia de internacionalización, que supone ya el 46% de sus ventas.

Con presencia en 45 países, la empresa vitivinícola ha invertido en los últimos cinco años el 20% de su facturación en la mejora de las instalaciones, la renovación de la maquinaria, la compra de barricas y la adquisición de fincas, como respuesta al objetivo empresarial de mejorar la calidad de sus vinos y atender a los mercados nacionales e internacionales.

Entre los mercados internacionales destacan los países europeos de Suiza, Alemania, Holanda, Reino Unido y Luxemburgo; en América hay que reseñar Estados Unidos, Colombia y México; y en Asia, China y Japón. Precisamente, la bodega navarra de este grupo vitivinícola, Pagos de Araiz, está de enhorabuena porque acaba de ganar el Premio Alimenta Navarra en la categoría de Internacionalización por su activa participación en el mercado exterior, un reconocimiento que pone en valor el esfuerzo que está haciendo el grupo en su estrategia internacional.

Masaveu Bodegas se ha convertido en su casi medio siglo de vida en un referente de calidad del sector bodeguero con cinco bodegas renombradas distribuidas en diferentes indicaciones geográficas de España. La producción actual de las cinco bodegas alcanza el millón de botellas, con 400 hectáreas de viñedo propio.

Concepto artístico del vino

El sello de la empresa parte del concepto artístico del vino al entender que el logro de un vino excepcional es como una obra maestra en la que intervienen las pinturas o uvas con las que se cuente, el lienzo o el viñedo, el conocimiento, la experiencia y la técnica, la mano del pintor o del enólogo, el alma con la que esa obra fue concebida y lo que finalmente emociona al ser vista o degustada.

La familia Masaveu comenzó a invertir en el sector vitivinícola en el año 1974, cuando adquirió Bodega Murua, pero las plantaciones de viñedo de la familia datan de mediados del siglo XIX, concretamente en Castellar del Vallés de donde es originaria la familia y donde Federico Masaveu Rivell inició los pasos que un siglo más tarde continuarían sus descendientes, a los que les gusta definirse como artesanos del vino.

Desde entonces, Bodegas Masaveu ha ido creciendo con una firme apuesta por la calidad en la elaboración de sus vinos en diferentes DO´s y por la filosofía ecológica que demuestran y el máximo respeto a la tierra, en las que posee sus propias plantaciones de viñedos, gracias a las cuales logran transmitir, en cada botella, la personalidad única de cada terroir. De esta forma, se unen en un denominador común todos y cada uno de los proyectos de Masaveu Bodegas en diferentes partes y regiones del país: Murua (DOCa. Rioja), Fillaboa (DO. Rías Baixas), Pagos de Araiz (DO. Navarra), Leda (Vino de la Tierra de Castilla y León) y Valverán (Asturias).

Cinco bodegas en diferentes denominaciones de origen

Bodegas Murua se encuentra en el corazón de Rioja alavesa, en Elciego, histórica villa constituida en el siglo XVI que la impregna de una tradición vitivinícola única. Aquí, Murua posee un valioso patrimonio: 80 hectáreas de viñedo propio, con las que elabora cinco vinos diferentes divididos en dos gamas, una más moderna y otra más tradicional.

La sidra de hielo Valverán –la primera y más exclusiva sidra de hielo de la península ibérica– es fruto de más de diez años de investigación y ensayos. En 1998, en Sariego, corazón de la Comarca de la Sidra de Asturias, José Masaveu Herrero, director general de Masaveu Bodegas, comenzó su proyecto más personal ubicado en Llagares Valverán. Aquí, más de 20.000 manzanos son cuidados mediante técnicas de cultivo ecológico integrado en una finca que expresa todo el encanto verde del paisaje asturiano.

Bodegas Fillaboa se ubica en la D.O. Rías Baixas y representa la magia de Galicia, el hechizo de sus paisajes, y la seducción de unos viñedos únicos de albariño recogidos en 54 hectáreas. Un muro de piedra de 1.600 metros de longitud alberga los viñedos, un pazo señorial y una capilla de piedra que son vestigios de su fabulosa historia. Bodegas Fillaboa nace a finales del siglo XVIII y pertenece a la familia Masaveu desde el año 2000. Es una de las fincas más antiguas y grandes de Galicia, y la única bodega perteneciente a la prestigiosa asociación Grandes Pagos de España.

Con la adquisición de la Finca Pagos de Araiz por la familia Masaveu en el año 2000, germinó un proyecto fresco y atrevido en Navarra, que se completó con la fundación de la bodega en el año 2003. Esta apuesta comenzó con la construcción de un edificio absolutamente vanguardista de 14.000 m2 situada a las afueras de la villa medieval Olite. En los tres años siguientes, se plantaron, en esa finca de 400 hectáreas, 240 de viñedos propios alrededor de las instalaciones.

Hablar de Leda, localizada en Tudela de Duero (Valladolid), es hablar de vinos insólitos y extraordinarios que reflejan potencia y personalidad; de un atractivo concepto de bodega “multiterroir” que conecta la esencia de la uva tempranillo con la expresión de viñedos seleccionados de distintas zonas de Castilla y León. Bodega impulsada en sus inicios, en el año 1998, por el prestigioso enólogo Mariano García, vinculado a algunos de los proyectos vinícolas más importantes de España. La familia Masaveu se une a este proyecto en el año 2009 para posteriormente elaborar vinos con una filosofía de agricultura ecológica de máximo respeto al viñedo.

 

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