El Gobierno de La Rioja, a través de la Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población, emite una serie de recomendaciones a los agricultores de las zonas afectadas tras las tormentas, acompañadas con episodios de granizo, registradas en La Rioja el 14 de junio y que han provocado daños en varios cultivos, principalmente en viñedo, frutales y olivo.
La Consejería de Agricultura, Ganadería, Mundo Rural, Territorio y Población recuerda que, si el agricultor tiene suscrito un seguro agrario, antes de realizar cualquiera de las actuaciones recomendadas, es necesario dar parte del siniestro y seguir las instrucciones indicadas por Agroseguro. En cualquiera de los casos, se debe dejar el testigo (muestra) sin actuación que indique la aseguradora, como referencia de la magnitud del daño.
En lo referente al viñedo, los daños pueden ser muy variables, en función de la intensidad y características de la granizada (tamaño del granizo, acompañamiento de agua que mitigue los impactos…), así como del estado vegetativo y susceptibilidad del propio cultivo. Por tanto, la Consejería de Agricultura apela a cada viticultor a participar muy directamente en las actuaciones por realizar, ya que cada viñedo necesita una intervención particular y específica.
Como norma general, a modo de primera intervención y en la medida de lo posible, antes de que transcurran 48 horas desde que se ha producido la tormenta con granizo, se recomienda la aplicación de un tratamiento con un producto cicatrizante, que favorezca la cicatrización de las heridas y proteja el cultivo de ataques parasitarios posteriores.
El resto de actuaciones dependerá de la afección del viñedo. Así, en viñedos poco afectados, en aquellos en los que gran parte de la vegetación está sana y quedan racimos suficientes como para obtener una buena cosecha, se debe continuar defendiendo el viñedo contra los parásitos que le puedan afectar, y en la poda se eliminarán los sarmientos dañados, evitando dejar sarmientos dañados como base de la poda de invierno.
En viñedos bastante afectados, en los ha quedado poca vegetación y algún racimo, además de realizar dentro de las 48 horas un tratamiento con un producto cicatrizante y mantener los tratamientos y técnicas culturales habituales del viñedo, es recomendable realizar una nueva espergura, eliminando todos aquellos pámpanos que no presenten interés alguno como base de la futura poda. Es importante no realizar desnietado, ya que los nietos nos van a aportar una superficie foliar necesaria para acumular reservas de cara al año próximo y facilitan la maduración de los racimos que hayan quedado.
En viñedos muy afectados, con sarmientos muy dañados, en los que ha quedado muy poca vegetación, prácticamente ningún racimo y los pámpanos están muy dañados, se recomienda no realizar ningún tratamiento con cicatrizantes, y no intervenir en los primeros días después de la granizada.
En este caso, hay que considerar que básicamente la poda de invierno habrá que plantearla sobre brote de yemas ciegas, casqueras o latentes, y por tanto se debe esperar a que este tipo de yemas inicien su brotación, lo que suele suceder ser entre los 7 ó 12 días después de la tormenta de granizo.
Importancia de la recuperación de la cepa
En estos casos de afecciones graves, las intervenciones se deben enfocar prioritariamente a la recuperación de la cepa, y no a salvar la cosecha. El trabajo que no se haga en el momento indicado (espergurado, poda,…) se tendrá que hacer en la poda de invierno, con la particularidad de que esta labor es mucho más complicada, y deberá ser realizada por personal especializado, prestando especial atención a la elección de yemas y varas que no presenten daños.
Si no está afectado el primer entrenudo del brote de este año, se debe podar sobre la yema pronta y axilar del primer brote. Es recomendable realizar una nueva espergura, eliminando todas las que no presenten interés como base de la futura poda, pero no realizar desnietado sobre los nuevos pámpanos, pues los nietos van a aportar una su-perficie foliar necesaria para acumular reservas para el año próximo y facilitar la maduración de los racimos que hayan quedado.
Si los primeros entrenudos del brote del año se encuentran muy dañados, se debe podar a la ciega, procediendo a eliminar los pámpanos con tijera.
De la misma manera, se recomienda realizar una nueva espergura, eliminando todas las que no presenten interés como base de la futura poda, sin realizar desnietado sobre los nuevos pámpanos.
Tratamiento del olivo
Por lo que respecta al olivo, la afección ha sido menor, debido al estado fenológico actual del olivo, al encontrarse en cuajado en gran parte de las zonas. No obstante, para cicatrizar las heridas producidas y evitar la entrada de enfermedades, es importante realizar un tratamiento con cobre.