El 6 de marzo, el Canciller Jeremy Hunt anunció la prórroga de la congelación del impuesto al alcohol en Reino Unido hasta febrero de 2025. La asociación europea CEEV, en coordinación con WSTA, va a solicitar a las autoridades británicas que la medida transitoria para el vino se extienda indefinidamente.
El objetivo de esta medida es apoyar a la hostelería y a los consumidores, para que puedan recuperarse de las pérdidas derivadas del Covid-19 y hacer frente a la inflación. La decisión beneficiará a 38.000 pubs del Reino Unido.
La asociación británica WTA (Wine and Spirits Trade Association) ha acogido el anuncio con satisfacción, ya que ayudará a contener los precios. Los representantes del sector de bebidas alcohólicas han pedido al Gobierno unas medidas claras para reducir los impuestos actuales al promedio europeo. Sin embargo, hay otros grupos que están en contra de la congelación del impuesto, ya que consideran que la mortalidad relacionada con el alcohol aumenta.
Según afirma la FEV, en una circular, el 5 de marzo, el Secretario de Hacienda confirmó la intención del Gobierno de aplicar de forma completa el nuevo sistema de II.EE., incluido el fin de la medida transitoria para el vino.
Según dicha medida, hasta febrero de 2025, los vinos con una graduación alcohólica entre el 11,5% y el 14,5% ABV toman como referencia una graduación “supuesta” de 12,5% ABV a efectos del cálculo del impuesto. Por lo tanto, la tasa actual (£2,67) se sustituiría por hasta 30 diferentes que irían de £2,45 a £3,10 por botella de 75 cl. “Esto no sólo incrementaría los precios del 75% de los vinos, sino que también establecería un sistema muy complicado de gestionar y aumentaría la burocracia y los costes asociados, especialmente para las pymes”, apunta la FEV.