Aunque no se puede hablar nunca en términos generales de la viticultura española en un país con tanta variabilidad en sus zonas vitícolas, el pasado año 2010 podemos considerarlo como un año no cálido sino un año, particularmente, si no fresco, moderado. En este año la producción de vino en España se situó en algo más de 38 millones de hectolitros de vino, cifra relativamente próxima a la media de 41 millones de hectolitros que nuestro sector está produciendo en las últimas vendimias, más próxima si tenemos en cuenta que en la actualidad nuestra superficie de viñedo se ha reducido de forma importante hasta situarse en la actualidad en este momento en un millón de hectáreas aproximadamente. Si tuviéramos en este momento que definir las previsiones de vendimia de 2011 deberíamos decir que esta campaña es una campaña irregular y un tanto desconcertante como lo están siendo en gran medida las condiciones ambientales que las diferentes regiones vitivinícolas la regulan. Si tenemos que generalizar la campaña 2011 en sus aspectos más relevantes podríamos decir que de la cosecha en este momento no esperamos que en su conjunto sea demasiado diferente. Si bien las zonas vitícolas sí presentan cierta variabilidad; es probable que las zonas vitícolas de Aragón, Galicia, Cataluña, Navarra o Valencia presenten ligeros incrementos de producción que en general no sobrepasarán un diez o un veinte por ciento. En algunas zonas como Rueda, Rioja, Ribera del Duero, La Mancha o diferentes zonas de Canarias, es probable que se produzca un descenso de producción, tan poco excesivamente acusado, del cinco al veinte por ciento. Pero el resultado será desigual pues en Rioja o Ribera probablemente la limitación de los rendimientos haga que la mayor parte de los productores no acusen descensos importantes en la producción sino en la regulación de sus cosechas. En algunas zonas como Jerez, Montsant o Madrid no se esperan cambios sustanciales.
En muchas regiones vitivinícolas se espera una vendimia con una buena sanidad. Sin embargo, en otras regiones, los viñedos se han visto sometidos a importantes ataques de mildiu que han sido bien controlados en las zonas donde esta enfermedad es una tradición, sin embargo en zonas poco habituadas como La Mancha, Extremadura o la Axarquía los daños han sido muy graves para muchos viticultores poco habituados a la enfermedad y donde su economía no les permite tomar medidas preventivas. El castigo no termina aquí y en algunas zonas la presencia de oídio está siendo particularmente frecuente e intensa, con las consiguientes pérdidas cualitativas. El mes de abril y la primera parte de mayo se han presentado calurosos, el final de mayo y junio irregulares y con tormentas, en muchas zonas la vendimia se ha previsto anticipada en siete a quince días, sin embargo, el verano fresco está atenuando este adelanto. En pocas regiones, como algunas de las islas Canarias, se espera una vendimia retrasada, en algunos casos de hasta dos semanas, o más.
De los precios de la uva, como es costumbre no se puede ni hablar, por lo que las previsiones pueden servir para organizar pero poco para planificar.