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La decisión ha sido adoptada por el Comité Ejecutivo nacional de la Organización, que considera que el modelo diseñado por el ministerio de Agricultura penaliza de forma grave la actividad agraria, productiva y profesional. Además, Asaja muestra un rechazo unánime a la definición de agricultor activo; al pago redistributivo; a los topes de las ayudas acopladas; a la degresividad en el resto de pagos; a los ecoesquemas y a la condicionalidad social que supondrán un menoscabo en la renta de los productores.
El Comité Ejecutivo nacional de ASAJA, reunido el 16 de septiembre en Madrid, ha aprobado la convocatoria de movilizaciones con carácter nacional en protesta por el Plan Estratégico de la PAC 2023-2027 que prepara el ministerio de Agricultura y que el propio ministro Planas ha anunciado su intención de tener cerrado antes de que finalice el año. Un plan al que, como ya ocurriera con el Acuerdo sobre la PAC alcanzado en Bruselas a finales del mes de junio, le sobra ideología y le falta agronomía.

Según Asaja, “el modelo productivo agrario diseñado en el Plan Estratégico del ministerio, y que cuenta ya con el visto bueno de algunas Comunidades Autónomas, (no así con el de las organizaciones agrarias que en estos momentos hemos quedado relegadas de la negociación) tiene graves errores de planteamiento ya que no se puede exigir a los agricultores y ganaderos qué con los mismos, o incluso menos fondos, afronten exigencias mucho mayores a la hora de producir”.

El Comité Ejecutivo de ASAJA sostiene que éste debe jugar un papel fundamental a la hora de definir el modelo de agricultura y de agricultores que queremos para España en los próximos años y no solo en el periodo que abarca la reforma porque el acuerdo alcanzado en Bruselas el pasado junio lanza una serie de líneas de actuación, algunas obligatorias, pero otras muchas abiertas a la aplicación nacional y en las que se deja plena autonomía.

Un ejemplo de estas últimas es la definición de agricultor activo que España pretende delimitar. En opinión de ASAJA esta definición debe venir marcada por la actividad agraria productiva y el ejercicio profesional de dicha actividad y debe favorecer a los agricultores profesionales que asumen riesgos empresariales, cotizan a la Seguridad Social en la rama agraria y cumplen con todas las obligaciones fiscales y laborales. Desgraciadamente, la propuesta del ministerio parece ir en sentido contrario.

Esta definición de agricultor activo resulta esencial porque marca el destino de algunos pagos ya conocidos como es la ayuda Base pero, también, de otros nuevos como el Pago Redistributivo. ASAJA rechaza el tratamiento que el ministerio da a este pago, incluyendo en el a beneficiarios que no realizan actividad productiva alguna o solo con carácter marginal, en igualdad de derechos que los profesionales del sector porque esto penaliza a estos últimos y puede tener el efecto contrario al buscado.

En cuanto a la determinación del número de regiones a efectos de Pago de la PAC, para Asaja “debe buscarse de forma urgente el necesario equilibrio territorial y productivo y saber combinarlo con otras herramientas como el calendario de convergencia, los pagos asociados para sectores afectados (especialmente los ganaderos, pero también algunos agrícolas) e incluso en intervenciones del segundo Pilar”.

Las ayudas y pagos acoplados son herramientas absolutamente necesarias en este nuevo proceso, por lo que Asaja rechaza cualquier tipo de degresividad aplicada a las mismas. Son necesarias todas y cada una de las hectáreas y cabezas de ganado que se encuentran en dificultades en estos momentos.

En opinión de ASAJA, la condicionalidad social esconde una injustificada “criminalización” del agricultor que emplea mano de obra fija o temporera, lo que podría plasmarse en más controles y sanciones. El ministerio ha decidido adelantarse al plazo establecido por la UE y empezar en 2024. Confiemos en que esto no suponga mayor carga burocrática y complejidad de la PAC.

Los denominados ecoesquemas son la línea básica del nuevo mecanismo voluntario para avanzar en las prácticas respetuosas con el medio ambiente, pero parten de unos niveles de exigencia muy superiores a la condicionalidad. Su importancia es básica en la nueva PAC ya que suponen el 25% del total de los pagos directos, por lo que ASAJA reclama que su diseño sea sencillo, accesible y sobre todo universal para evitar que se pierdan fondos o haya agricultores que no se vean incluidos en ninguno de estos ecoesquemas. Además, todas las hectáreas acogidas contribuirán de la misma manera al compromiso climático y medioambiental, por lo que Asaja reclama la degresividad por superficie planteada por el ministerio.

“En este sentido, es fundamental hacer valer las tesis agronómicas sobre las puramente ecológicas con el fin de diseñar un Plan Estratégico que sea asumible, realizable y atractivo para los profesionales agrarios que desarrollan su actividad de una manera profesional”, manifiesta Asaja.

ASAJA no puede comprender, dada la tremenda importancia de lo que el sector agrario se juega con el diseño de este Plan, cómo la interlocución y coordinación del ministerio no es máxima tanto con Comunidades Autónomas como con Organizaciones Profesionales Agrarias. Por ello reclama que en esta fase final del diseño del Plan la voz de ASAJA sea escuchada para poder hacer valer la opinión de los profesionales agrarios ante este importante reto de la PAC.

 

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