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El mercado de vinos de EE. UU. se mantendrá estable en cuanto a volumen en 2020 a pesar del COVID-19. Esto ocurrirá gracias a un incremento del consumo doméstico debido al coronavirus, que compensará el descenso del 29% fuera del hogar por la misma causa.

Estas son las conclusiones de un estudio recién publicado por Wine Intelligence, basado en los datos recogidos del consumidor de vinos durante el COVID-19 de dicha empresa recopilados durante marzo y abril 2020, cruzados con otros de ventas por volumen dentro y fuera del hogar publicadas por IWSR, Nielsen y Wines & Vines Analytics.

El modelo aplicado en el estudio para obtener las anteriores conclusiones supone que no habrá una segunda ola de infecciones por coronavirus en EE. UU. en la segunda mitad de 2020. Un modelo que sí supone una segunda ola, con confinamiento en octubre y noviembre, arroja una disminución de alrededor del 2 al 3 % en el volumen total de vino con un descenso fuera del hogar cercano al 50%.

El estudio se basó una encuesta realizada a 2.000 adultos estadounidenses que beben vino al menos una vez al mes. A los encuestados se les pidió que describieran su comportamiento normal respecto a beber vino, cómo había cambiado este debido al confinamiento y cuáles son sus intenciones cuando se reduzcan las restricciones.

Debido a la gran cantidad de variables a considerar y a que las estimaciones de la industria sobre las ventas varían notablemente, el equipo de investigación decidió no hacer predicciones sobre los valores en el mercado. Sin embargo, los investigadores sí señalaron que el paso de parte importante de las ventas en hostelería y afines a compras para consumo en el hogar conduciría a una disminución de valor “significativa”.

Sobre las previsiones del informe el CEO de Wine Intelligence, Lulie Halstead, apuntó que “en línea con lo que se observó en el mercado del vino durante y después de la crisis financiera mundial de 2008-10, los volúmenes de vino se mantuvieron en el mercado estadounidense, pero hubo un desplazamiento hacia marcas de mayor valor, favoreciendo tanto las marcas de importación como las más dominantes”. Sin embargo, agregó, “el aumento de aranceles y el predominio del vino nacional vendido a través de los canales online y DtC (Direct to consumer)  ya ha ejercido presión sobre las marcas de importación en el mercado estadounidense y los cambios actuales aumentarán la presión sobre los exportadores al mercado norteamericano».

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