Mercados del Vino ha entrevistado a Alejandro González nuevo director Técnico y de Certificación de la D.O. Ribera del Duero.
MVD. Acaba de ser nombrado director Técnico y de Certificación de la D.O. Ribera del Duero, cuando la D.O. cumple 40 años. ¿Ya se ha puesto algún reto para 2022?
Alejandro González (A.G.). Por supuesto, la vida con retos por delante siempre es más atractiva y el hecho de desembarcar en una D.O. como Ribera del Duero te exige dar el máximo continuamente y renovar el reto de manera continua. Para mí, en este caso como director técnico, el reto inicial consiste en aportar mis ideas de trabajo rápidamente, para dotar al área de certificación de un sistema sólido, práctico y eficiente de control, que nos permita desarrollar nuestro trabajo de la manera más profesional posible y poder así facilitárselo a nuestros operadores.
MVD. ¿Y para los próximos años?
A.G. Conseguida esa estabilidad en nuestras tareas de control, seguro que podré centrarme en otros aspectos que tengan que ver con el conocimiento profundo de lo que es Ribera del Duero. No puedo empaparme de la esencia de esta tierra sin pisarla, sin conocer a su gente, sin adentrarme en su historia, sin beber sus vinos… Una bonita palabra que ya ronda mi cabeza es conseguir, en un futuro lo más cercano posible, fusionarme con la Ribera, para poder así transmitir todos sus matices y encanto y estar al tanto de todas las necesidades que surjan a pie de calle.
MVD. ¿Hay algún cambio en la Denominación que considera prioritario para adecuarse a las nuevas exigencias de los consumidores?
A.G. La verdad es que, en este sentido, me he encontrado una Denominación de Origen muy completa, versátil y perfectamente al día de lo que el mercado está demandando, sin perder nunca su identidad y sin sacrificar la calidad. Al final, el mundo del vino tiene muchas vertientes y surgen diversas modas de consumo cuando menos te los esperas. El hecho de tener un Pliego de Condiciones como el nuestro, que ampara multitud de elaboraciones de vinos distintos, ya sean blancos, rosados, claretes o tintos, y que ampara diferentes variedades de uva, principalmente el Albillo Mayor y el Tempranillo, permite a nuestros operadores y a sus enólogos tener libertad para interpretar nuestras variedades y su interacción con el medio: suelo, clima, etc… Y esta libertad al final desemboca en una amplia gama de vinos elaborados, de altísima calidad, y que responden paralelamente a esas inquietudes de los consumidores. Dicho con otras palabras: los consumidores siempre van a encontrar en la Ribera del Duero el tipo de vino que están buscando para cada momento.
MVD. Uno de los mayores retos del sector y la D.O. Ribera del Duero es conseguir que las nuevas generaciones consuman más vino. ¿Qué cambios considera que podrían ayudar a la D.O. y al sector para ganar a ese público joven?
A.G. En líneas generales, el mundo del vino, a lo largo de muchos años, ha sido el culpable de alejar de él a las nuevas generaciones. Siempre he tenido la sensación de que, desde nuestro sector, se transmitía que el vino es un artículo de lujo y que para poder consumirlo se necesitaba tener tres carreras universitarias, hablar idiomas y además ser sumiller. Nada más lejos de la realidad; el mundo del vino necesita adaptarse a las nuevas corrientes de comunicación de los jóvenes, hablar su lenguaje y saber acercarles y descubrirles los tipos de vinos que más se puedan ajustar a sus hábitos de consumo y más puedan encajar en su tiempo de ocio. De hecho, desde hace años el Consejo Regulador ha venido desarrollando una campaña de comunicación en la que se ha simplificado el lenguaje del vino, llevándolo donde estaban los jóvenes, entendiendo su forma de pensar y disfrutar de las cosas. Ese fue el inicio de la campaña #EspirituRibera, que ha permitido que nuestros vinos sean parte esencial de festivales de música como Sonorama Ribera, Benalfest, o los Premios de la Música Independiente; de cine como en Seminci , el Internacional de Cine Fantástico de Sitges, los Premios Feroz Feroz… Lo importante para que empiecen a beber vino es descubrirles que también lo pueden pasar bien consumiendo vino, siempre con moderación.
MVD. Las exportaciones han sido una de las partidas que más han crecido después del confinamiento provocado por la pandemia. ¿Cuáles son sus propuestas para mejorar las ventas de la D.O. Ribera del Duero fuera de nuestras fronteras?
A.G. Quizás es un poco pronto para que yo pueda responder a esta pregunta, ya que apenas llevo unas semanas en el Consejo Regulador y también sería un poco osado por mi parte decirle a la Ribera del Duero qué tiene que hacer para vender más en el extranjero, cuando mis principales competencias –y por las que me han contratado– son puramente técnicas. Estoy seguro de que poco a poco, cuando todos mis proyectos a corto-medio plazo para mi área de certificación estén perfectamente asentados y pueda hacerme una idea global de todo lo que mueve e implica una D.O. como Ribera del Duero, podré aportar mi granito de arena en este sentido.
Ahora mismo sí que puedo decir que, en este campo de la promoción y el marketing, he podido comprobar en el poco tiempo que llevo que tenemos a los mejores profesionales al mando y los datos de ventas en el territorio nacional e internacional del año 2021 así lo reflejan.
MVD. ¿A cuántos países exporta en la actualidad la D.O. Ribera del Duero?
A.G. A nivel internacional, y por volumen de importaciones, Suiza, Estados Unidos, México, Alemania y China son los mercados más importantes para nuestras bodegas.
MVD. ¿Qué mercado le gustaría abrir al que todavía no lleguen los vinos de la Denominación o lo hagan escasamente?
A.G. Ribera del Duero ya está presente en más de un centenar de países, lo que muestra la buena aceptación que tienen nuestros vinos y la capacidad comercial de nuestras bodegas.
MVD. ¿Considera la tecnología e innovación claves para la mejora de la calidad del producto?
A.G. Por supuesto que sí, y más en un mercado de consumo tan atomizado y competitivo como es el del mundo del vino, en el que es fundamental poder diferenciarse. La tecnología pone a disposición del productor de uva y del elaborador de vino una batería de herramientas muy importante para poder mejorar la calidad final del producto y la innovación es casi una obligación para cualquier bodega, ya que le permitirá estar al día de lo que demande el mercado y los consumidores, pudiendo así adaptar mejor su producto.
MVD. ¿Cuáles considera que han sido los cambios tecnológicos más importantes en el sector?
A.G. Hace años, sin lugar a duda, supuso un avance importantísimo la mecanización del viñedo, la llegada de las espalderas y poder levantar a la planta del suelo; el poder adaptar la maquinaria agrícola para realizar la multitud de trabajos necesarios para mejorar las condiciones del viñedo, como la poda, el laboreo o la vendimia, permitió reducir costes, disminuir tiempos de trabajo y optimizar recursos.
En el interior de las bodegas también fueron importantes, en su momento, aspectos como la llegada del acero inoxidable, la posibilidad de realizar inertizaciones con gases que faciliten la conservación de los vinos hasta su salida al mercado o las filtraciones tangenciales, que permiten mejorar el rendimiento de las elaboraciones
El futuro pasa por la implementación de tecnologías que permitan tener información mucho más detallada de lo que ocurre en la viña, para detectar enfermedades, atender las necesidades de los viñedos, maximizar el rendimiento y minimizar el impacto ambiental de la producción. Tecnologías como la inteligencia artificial, big data, sensores y tecnología satelital son algunas de las que las bodegas ya comienzan a implantar.
MVD. Europa está apostando por la digitalización y la sostenibilidad. ¿Cómo afecta la digitalización a su área de trabajo?
A.G. Pues es un aspecto fundamental para cualquier empresa y también para nosotros. La DO Ribera del Duero tiene un compromiso desde hace años con el medio ambiente y he podido comprobarlo desde dentro en los pocos días que llevo aquí; de hecho, el Consejo Regulador está desarrollando un proyecto para digitalizar toda la documentación generada a lo largo de todos estos años y poder trabajar en un futuro cercano lo menos posible con papel. Ribera del Duero está, en muchos aspectos, a la cabeza de las denominaciones de origen del resto del mundo y el reto para seguir estándolo nos exige ir de la mano de Europa en este sentido.
MVD. ¿Está el sector preparado para competir en un mundo cada día más digital?
A.G. Preparado por supuesto que sí, porque los medios para competir en este sentido están al alcance de todos, aunque sí es verdad que queda mucho trabajo por hacer
MVD. ¿Está ya afectando el cambio climático a la calidad de los vinos en España?
A.G. No me atrevería a decir que ahora mismo afecte a la calidad de los vinos, pero sí que está afectando a la manera de trabajar e interpretar el viñedo. Dependiendo de la zona, los ciclos vegetativos de las vides se están viendo alterados y eso ha exigido a viticultores y bodegas modificar hábitos de poda o de vendimia, principalmente. Uno de los retos a los que se enfrenta el sector es saber adaptarse lo más rápido posible a estos cambios, para seguir obteniendo el máximo del viñedo; entender a las plantas y saber ayudarlas en todo momento es fundamental para que en el futuro se pueda mantener la calidad de los vinos.
MVD. ¿Cómo afectará en los próximos años?
A.G. Estamos viendo, como dependiendo de la zona donde esté ubicado el viñedo, los ciclos de maduración se están viendo alterados, con lo cual, si por ejemplo las condiciones climatológicas de una añada determinada no son las deseables en momentos concretos, se puede llegar a dar el caso de que estos ciclos se vean alterados, modificados y no se concluyan correctamente, encontrándonos con uvas sin madurar o con equilibrios de componentes que dificulten la elaboración posterior. Para mí este es el principal miedo.
MVD. En el área de la certificación, ¿qué máximo quiere conseguir?
A.G. Como he mencionado anteriormente, establecer un sistema global de control y certificación de operadores lo más sólido y eficiente posible, para asegurar la defensa de nuestro Pliego de Condiciones; un sistema de control dotado de mecanismos fáciles de ejecutar para auditores y operadores, con el fin de reducir los tiempos de trabajo, además de también ser versátiles, para que nos permita adaptarnos a cualquier escenario. En definitiva, conseguir construir una locomotora de tren que circule sola, de manera estable y en la que todos sus integrantes sepan lo que hay que hacer en cada momento del año, con cada operador y en cada circunstancia, y que supongan una mínima carga burocrática para nuestras bodegas.
MVD. ¿Qué caracteriza a los vinos de Ribera del Duero?
A.G. Más allá de consideraciones técnicas y organolépticas que el consumidor ya puede conocer de sobra, en mi opinión la principal característica de nuestros vinos es que tienen una personalidad propia; además de tener una historia detrás, son capaces de contarla al ser descorchados y servidos en la copa. Todos los vinos de la Ribera no solo te transmiten una gran calidad, sino que, además, te cuentan la historia que hay detrás de su elaboración, y eso a mí como consumidor me atrajo y me atrae muchísimo. Estamos ante unos vinos que a lo largo de los años han sabido posicionarse en unos niveles de calidad muy altos, gracias sobre todo al trabajo de los viticultores en el viñedo, de los elaboradores a la hora de interpretar las variedades y sus matices y del Consejo Regulador, el cual, en todo momento a lo largo de estos 40 años, ha sabido controlar y dirigir a todos sus actores. Además de estos niveles de calidad, se ha conseguido, por ejemplo, que los vinos transmitan la historia y la tradición familiar que hay detrás de su creación o que transmitan, con una marca comercial o con una etiqueta llamativa e ingeniosa, las diferentes formas de entender la Ribera y de vivir la vida. Nuestros vinos cuentan cosas además de estar muy buenos. Ribera del Duero no solo se bebe, Ribera del Duero se vive.
MVD. ¿Cómo convencería a un consumidor para que compre, entre toda la oferta existente, un vino de Ribera del Duero?
A.G. Pues le diría: “atrévete a probar nuestros vinos, porque además de que no te van a dejar indiferente por lo comentado en la respuesta anterior, te van a llevar de viaje por todo el universo Ribera; cada vino que pruebes te despertará inquietudes que te llevarán a querer probar el siguiente vino y de ahí al siguiente y al siguiente…” Y a quién no le gusta viajar…