24 bodegas han superado por primera vez en 2022 la auditoria de verificación necesaria para obtener el certificado ‘Wineries for Climate Protection’, una cifra récord en un solo año desde que en 2016 la primera bodega obtuvo este sello desarrollado por la Federación Española del Vino (FEV).
En el último mes del año obtuvieron el certificado un total de 7 bodegas: Bodegas La Horra, Bodegas de Sarría, Bodegas Más Que Vinos, Altos de Torona, Finca Valpiedra, Bodegas Illana y Bodegas Protos, lo que ha elevado hasta 60 el número total de empresas de han superado hasta 2022 la auditoría por parte de alguna de las entidades de certificación independientes acreditadas para ello.
Todas estas bodegas, por tanto, han demostrado su compromiso y buen desempeño en los cuatro pilares de sostenibilidad medioambiental que hasta ahora evaluaba el certificado: reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, eficiencia energética y uso de renovables, reducción de residuos y gestión del agua.
Pero el incremento exponencial de bodegas certificadas en el último año coincide además con otro hito clave para el futuro del esquema y es que, como se anunció el pasado mes de noviembre, desde el 1 de enero de este mismo año el certificado pasa a llamarse ‘Sustainable Wineries for Climate Protection’ e incluirá también criterios de sostenibilidad social, económica y de gobernanza en la auditoría que deben superar las bodegas, con el fin de alinearse de una manera más precisa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), de Naciones Unidas y adaptarse a los estándares más exigentes de la distribución y los consumidores.
En este sentido, las 60 bodegas que han obtenido el certificado hasta 2022 tendrán hasta el 31 de diciembre de 2023 para evaluarse de los nuevos requisitos y mantener así el sello. Por su parte, todas aquellas bodegas que soliciten el certificado por primera vez este año ya lo harán bajo el nuevo esquema integral ‘SWfCP’.
Al igual que en su versión anterior, ‘SWfCP’ está basado en una filosofía de mejora continua donde las bodegas deben contar con un plan específico para cada área, cuyo desarrollo es verificado cada dos años a través de una auditoría externa por parte de alguna de las certificadoras acreditadas para ello.