La producción de la rama agraria se sitúa en 52.991 millones de euros, un 2,6 % más que en 2019. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, señala que estos datos reflejan, en un contexto tan difícil por la crisis de la COVID-19, el buen trabajo de nuestros agricultores y ganaderos. Sin embargo, Pedro Barato, presidente de Asaja, considera muy desafortunado el anuncio de agricultura sobre la subida de un 4,3% de la renta agraria en 2020.
El Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación ha publicado la primera estimación de las principales cifras económicas del sector agrario. Según estos datos, la renta agraria ha alcanzado los 29.093 millones de euros en 2020, lo que supone un incremento del 4,3 % con respecto a 2019, recuperando de esta forma su senda de crecimiento.
Esta evolución positiva de la renta agraria está asociada al buen comportamiento que ha tenido la producción de la rama agraria, que se ha situado en 52.991 millones de euros, lo que supone un aumento del 2,6 % con respecto a 2019.
El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, ha señalado que estos datos reflejan, en un contexto tan difícil por la crisis de la COVID-19, el buen trabajo de nuestros agricultores y ganaderos.
La producción vegetal ha aumentado un 3,2 % en valor, alcanzando los 30.957 millones de euros, tanto por los incrementos de las cantidades producidas (1,2 %), como de los precios (2 %). En este ámbito, los cereales han tenido un notable efecto positivo, con un incremento del 29,5 %, debido a una buena cosecha, tras una campaña precedente (2018-2019) muy marcada por la sequía. Por su parte, el conjunto de las frutas crece en un 12,2 %, impulsado por los buenos precios, especialmente en cítricos. Asimismo, destaca la aportación positiva de los cultivos industriales (+8,5 %) y las forrajeras (+8,1 %). Por el contrario, se han producido descensos en patata, fundamentalmente por un descenso de los precios; y en aceite de oliva, debido en este caso principalmente a una bajada de la producción en la campaña olivarera 2019-2020.
Los consumos intermedios registran una ligera subida del 0,4 %, hasta los 23.694 millones de euros, con un incremento del volumen utilizado del 2,5 %, que compensa la reducción de precios (-2 %). Este aumento viene determinado fundamentalmente por los piensos (+3 %), que suponen más de la mitad del valor de los consumos intermedios y que contrarrestan el buen comportamiento de energía y lubricantes (-17,4 %) y fertilizantes (-5,1 %).
Por otro lado, las subvenciones totales se incrementan este año un 2,3 % con respecto a 2019, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación
“Una cosa son las grandes cifras macroeconómicas del ministerio de Agricultura y otra la realidad del campo, que por desgracia es bien distinta”.
Declaraciones de ASAJA
Sin embargo, el punto de vista de Asaja es muy diferente. Así su presidente manifestó que “No nos hagamos trampas en el solitario; la realidad del sector agrario español no es la que refleja el indicador de renta agraria presentado esta semana por el ministerio de Agricultura. Los productores agrarios que han logrado sobrevivir a este aciago 2020 atraviesan serias dificultades para mantener a flote sus explotaciones porque la rentabilidad de buena parte de las producciones está bajo mínimos. Otros se han quedado por el camino, alrededor de 35.000 trabajadores por cuenta ajena y más de 2.500 trabajadores por cuenta propia han abandonado el sector. Hablar, por parte del ministerio, de crecimiento de la renta agraria, obviando todo lo demás, es cuando menos osado y tremendamente desafortunado”.
Solo el impacto de las subidas del Salario Mínimo Interprofesional en los dos últimos años, que ha incrementado en un 27,9% los costes salariales, ha supuesto que más de 33.000 trabajadores del campo pasen a engrosar las listas de desempleados ante la imposibilidad de los agricultores de asumir mayores cargas económicas. Pero este aumento de los costes no es el único, además debemos añadir aquellos otros derivados de la aplicación de las medidas de protección anti-COVID, sobre todo en lo que concierne a las campañas de recolección de fruta, vendimia y olivar. Estos incrementos de costes de producción, unidos a unos bajos precios en origen, han dado como resultado el cierre de un número importante de explotaciones y las que han quedado lo hacen en muy difíciles condiciones.
El cierre del canal HORECA ha supuesto un auténtico mazazo para sectores productivos como la ganadería al quedarse sin mercado para sus producciones, que el propio ministerio tuvo que poner en marcha unas ayudas adicionales para socorrer a los ganaderos.
Otras producciones seriamente damnificadas por el cierre de la restauración han sido el vino y el aceite de oliva. En el caso del primero la situación es preocupante: a las pérdidas económicas derivadas de la ralentización de las exportaciones y del cierre del canal HORECA se suman unos precios que en la última vendimia que se sitúan, en todas las zonas productoras, por debajo de los costes de producción. En aceite de oliva, el propio MAPAMA reconoce que ha sido un mal año. A la mala cosecha 2019/20 le acompañan, contrariamente a lo esperado, niveles de precios en origen por debajo de los 2 euros/kg (incluso para los aceites de más calidad). Además, los productores han tenido que soportar las consecuencias de unas penalizaciones injustas en las exportaciones a Estados Unidos. Todo ello, ha situado a buena parte de las explotaciones de olivar en pérdidas y haciendo peligrar su continuidad.
En suma, los principales sectores productivos de la agricultura española arrojan datos negativos de rentabilidad en 2020. Resulta paradójico que el ministerio anuncie una subida de la renta agraria de más del 4% con la situación que vive el sector. Esta subida choca además, con las cifras de países de nuestro entorno europeo en los que también se han producido caídas de renta agraria del 13,3% en Alemania; el 6,6% en Francia o el 5,9% en Italia.
FOTOGRAFÍA: © D.O. RÍAS BAIXAS.