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En 2020 el canal Alimentación pasó de un 37% a un 47%, convirtiéndose en el más importante para las bodegas, aunque el que más creció porcentualmente fue el de venta directa desde la bodega, cuya cuota de mercado pasó de un 4,6% a un 8,4%. Además, el 82% de las bodegas españolas vieron reducido su volumen de ventas en el mercado español, según la encuesta a bodegas españolas, encargada por la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) y realizada por Wine Intelligence y el OeMv.

Dentro del acuerdo entre la OIVE y el Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) para la mejora de la información del sector, se ha desarrollado un trabajo pormenorizado con el fin de cuantificar los distintos canales de comercialización del vino en España, atendiendo al tipo de bodega y vino, mostrando con detalle cómo ha afectado la pandemia COVID-19 y el confinamiento a las ventas en el sector. El estudio, desarrollado por la empresa Wine Intelligence (WI), compara datos de los años 2019 y 2020 y, además, recoge las principales preocupaciones de las bodegas en el corto y medio plazo.

Según las cifras del sistema de Información de Mercados del Sector vitivinícola (INFOVI) el consumo de vino cayó en España un 18% en 2020 comparado con el año anterior, fruto principalmente de la fuerte reducción que se sufrió en el canal de bares y restaurantes (HoReCa), no compensada por el incremento de ventas en el de alimentación. En este sentido, la encuesta realizada por WI y el OeMv completa este dato especificando el efecto de la pandemia por tipo de bodega, tipo de vino y el detalle de cómo han evolucionado estas ventas también en otros canales, como los de venta directa y especializada que, aunque minoritarios, suman una parte importante de la comercialización total.

De la encuesta, con respuestas de 110 de las principales bodegas españolas y realizada entre los pasados meses de junio y julio, se deduce que un 82% de las bodegas españolas vieron reducido su volumen de ventas en el mercado español en 2020 por comparación con el año anterior. Y fueron las bodegas pequeñas las que más sufrieron, (-25% en volumen) al no poder compensar en igual medida que muchas otras las pérdidas sufridas en el canal HoReCa, ni por incrementos en el canal de alimentación ni por ventas directas.

Por los mismos motivos – mayor incidencia en el canal HoReCa – los vinos generosos y espumosos se vieron más afectados por la crisis que los vinos tranquilos. Por otro lado, analizando los resultados por precio, el estudio destaca que, en general, los vinos con precios superiores sufrieron más que los más accesibles.

En cuanto a canales, el canal Alimentación pasó de un 37% a un 47% convirtiéndose en el más importante para las bodegas, aunque el canal que más creció porcentualmente fue el de venta directa desde la bodega (tienda o pedidos online) cuya cuota de mercado casi se duplicó, pasando de un 4,6% a un 8,4%. Con respecto a las mayores preocupaciones sobre el futuro, las bodegas españolas se muestran especialmente alertas ante la disminución de turistas extranjeros, los efectos económicos de la crisis y la recuperación del canal HoReCa en el corto plazo.

En el largo plazo, por otro lado, las mayores preocupaciones se centran en mejorar el interés de las generaciones más jóvenes en el vino (mayores de edad) y el aumento de la competencia con otras bebidas, además del mejorable posicionamiento del vino español en los mercados internacionales. Este estudio, impulsado por la OIVE, busca analizar periódicamente la evolución en la comercialización del vino en España a través de los diferentes canales. En esta ocasión, además, el informe aporta información que hasta ahora no había sido detallada, sobre el efecto de la pandemia por tipo de bodega, tipo de vino y canales de distribución.

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