El Pleno del Consejo Regulador de la DOCa aprobó el pasado 12 de junio, las ‘Normas de Campaña’ para la vendimia 2020, reduciendo el rendimiento máximo amparable al 90%. Además, se paralizan el reparto y la petición de nuevas plantaciones y el stock solo podrá liberarse en circunstancias excepcionales. Al mismo tiempo, la cosecha de 2019 ha sido calificada como Excelente.
El Pleno del Consejo Regulador de la DOCa Rioja aprobó el 12 de junio las ‘Normas de Campaña’ que regularán la vendimia 2020, en un acuerdo en el que la crisis global y la delicada situación actual del sector han sido protagonistas. Las magnitudes pactadas permiten la entrada en bodega de un rendimiento equivalente al 90% del establecido por las normas de la Denominación, un rendimiento de transformación del 70% y un stock de hasta el 10%.
En este mismo contexto se ha pospuesto la revisión de la continuidad de la figura de stock hasta el 30 de junio de 2021; entre tanto se trabajará en la mejora de esta figura, haciéndola más atractiva y adecuándola a las necesidades reales de los operadores.
Normas aprobadas
En el caso de las uvas tintas, el rendimiento de campaña será del 100% y el máximo amparable será hasta de hasta 5.850 kgs por hectárea, equivalente al 90% del establecido. Sobre los 650 kgs restantes, el viticultor, de común acuerdo con la bodega en la que se entreguen, podrá constituir un stock cualitativo individual del 10%; en caso de no constituirse, se destinará un 5% a vino no amparado y el resto, hasta 10%, a destilación.
En el caso de las uvas blancas, el rendimiento de campaña será del 95%: el rendimiento máximo amparable será hasta de 8.100kgs. por hectárea, equivalente al 90% del establecido. Los 450kgs. restantes (5%) serán admitidos como provenientes de desviaciones por causas climatológicas y la transformación que resulte será vino común.
En lo que se refiere al rendimiento de transformación, la ratio para este año se fija en 70 litros de vino por cada 100 kg. de uva.
La formalización del stock regulador deberá darse antes de la declaración de elaboración, y en todo caso con fecha límite 31 de octubre, no pudiendo ser desbloqueado hasta 2023, a menos que la ratio se sitúe por debajo de 3,15 o salvo merma de cosecha en la explotación superior al 30%.
El encuentro de los distintos agentes que representan al sector vitivinícola, que en esta ocasión ha tenido que ser celebrado de manera telemática, ha posibilitado también un nuevo acuerdo sobre la política de plantaciones. En cuanto a la superficie pendiente del anterior periodo (2016-2018), así como la acordada correspondiente a los años 2019 y 2020, el Pleno ha acordado que su reparto se aplace un año, a 2022, no solicitándose más superficie para el ejercicio 2021.
2019: añada ‘Excelente’
El aspecto positivo y sin duda más esperanzador de la jornada ha sido la ratificación de la calificación como ‘Excelente’ de la cosecha 2019, hito que no se producía desde el año 2011.
Este distintivo es la conclusión de un riguroso y transparente procedimiento de valoración consistente en el análisis y la cata de la totalidad de los vinos elaborados en la Denominación. Tras un ciclo vegetativo con óptima maduración de la uva, en los últimos meses se han observado resultados extraordinarios en la evaluación de los depósitos de fermentación, de donde los técnicos del Consejo han recogido las más de 4.500 muestras, las cuales han sido posteriormente catadas por un panel de 150 profesionales.
Pablo Franco, director del Órgano de Control del Consejo Regulador, hacía balance de la campaña de 2019, refiriéndose a la excelente situación sanitaria y vegetativa del viñedo y el estado de los racimos, sueltos, bien aireados y acompañados del moderado vigor de las plantas. En palabras de Franco “el año estuvo marcado por la estabilidad en la evolución del viñedo, no exento de ciertas incidencias muy locales producidas por fenómenos meteorológicos de poca transcendencia a nivel general”.
Respecto a los vinos resultantes, el director del Órgano de Control del Consejo destacaba la calidad de los mismos subrayando la extraordinaria maduración en el tanino: “un tanino redondo y muy sedoso que ha marcado los vinos tintos desde su elaboración, que sorprende muy gratamente por manifestarse ya ahora y especialmente por tener estas sensaciones en vinos de alta carga polifenólica como los de este año, donde los IPTs nos definen una marcada estructura, con colores intensos. Cabe a su vez destacar la consolidación de tonos más claros en el color de los vinos rosados, con una expresión aromática predominante hacia notas más florales. Los vinos blancos son muy expresivos, destacando su gran volumen en boca, en línea con lo visto en los tintos. Se pone también en valor la apuesta por las variedades autóctonas y la gran evolución de la calidad de sus elaboraciones”.
En palabras de Pablo Franco, “no hay duda de que, según el comportamiento del viñedo y a su vez lo descubierto en los vinos, la cosecha 2019 es ‘La cosecha’. Una añada que refleja la verdadera maestría en el manejo de los tiempos por parte de los viticultores y bodegueros”.
Cabe recordar que la cantidad recolectada en la cosecha de 2019 se situó en torno a 385 millones de kg de uva (de los que 342 fueron de uva tinta y 43 de uva blanca) y 267,27 millones de litros de la cosecha 2019 obtuvieron la certificación como vinos amparados por la DOCa Rioja (22,11 de blanco, 12,50 de rosado y 233,08 de tinto).
Presentación de la Memoria del Consejo 2019
Esta calificación de la cosecha ha sido incluida en la Memoria Anual de 2019 del Consejo Regulador de la DOCa Rioja, informe presentado esta misma mañana a los medios de comunicación y que recoge extensa información sobre la situación de la Denominación y sobre las actividades desarrolladas por el propio organismo en el pasado ejercicio.
La memoria realiza un balance que el presidente del Consejo Regulador, Fernando Salamero, ya adelantaba en febrero como “periodo de transición”, pues los mercados “no nos lo pusieron fácil”. “Este cambio de década es un momento clave para seguir trabajando duro y lo haremos caminando juntos. Estaremos listos para hacer frente a las inflexiones que puedan aparecer en los mercados con el fin de afrontar con éxito los eventuales impactos que pudieran producirse”.
Salamero compartía con los periodistas la reflexión de que nadie contaba en sus previsiones para 2020 con la crisis sanitaria mundial provocada por el coronavirus. En este sentido, “aunque resulta prematuro evaluar su impacto sobre la DOCa Rioja, la coyuntura nos ha obligado a replantearnos el futuro, trabajo que está siendo abordado en el Plan Estratégico 2020-2030 que estamos elaborando en colaboración con KPMG y que tiene como objeto reestablecer el equilibrio oferta y demanda y asentar las bases del futuro de nuestra Denominación donde enoturismo y formación seguirán siendo pilares estratégicos de esta nueva hoja de ruta”.