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Dos investigadoras estadounidenses, que trabajan para combinar los mejores rasgos de las uvas moscatel (Vitis rotundifolia) con las Vitis vinífera, para así hacerlas más resistentes a las enfermedades, acaban de recibir 7 millones de dólares para seguir con la investigación.

Las investigadoras Margaret Wothington y Renee Threlfall, de la División de Agricultura de la Universidad de Arkansas, son las coodirectoras del Proyecto “Through the Grapevine: Developing Vitis x Muscadinia Wide Hybrids for Enhanced Disease Resistance and Quality”.

Dicho proyecto, que se va a desarrollar en Estados Unidos, pretende cruzar uvas moscatel (Vitis rotundifolia) y otras uvas (Vitis vinifera), para obtener rasgos compartidos de ambas.

La uva moscatel tiene muchas cualidades, entre ellas, el ser muy resistentes a las enfermedades, además de muy apreciadas por su sabor. Asimismo, la Vitis vinífera tiene otras muchas cualidades deseables para las uvas moscatel, como la piel más fina, una textura más crujiente y la ausencia de semillas.  Lograr unir las mejores cualidades de ambas especies de uvas es una tarea complicada.

Con la subvención de 7 millones de dólares del Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, un equipo formado por 32 personas de 12 instituciones de todo el país, trabajan para unir estas dos especies de uvas y mejorar este cultivo para los mercados de productos frescos y procesados.

“Through the Grapevine: Developing Vitis x Muscadinia Wide Hybrids for Enhanced Disease Resistance and Quality”, va a desarrollarse con las codirectoras Margaret Wothington y Renee Threlfall, en colaboración con la Estación Experimental Agrícola de Arkansas, el brazo de investigación de la División de Agricultura del Sistema de la Universidad de Arkansas. Los otros miembros del equipo del proyecto son de la Universidad de California-Davis, la Universidad de Clemson, la Universidad de Cornell, la Universidad A&M de Florida, la Universidad de Florida, la Universidad de Georgia, la Universidad de Kentucky, la Universidad Estatal de Mississippi, la Universidad Estatal de Carolina del Norte, la Universidad A&M de Texas y el Servicio de Investigación Agrícola del USDA.

Este proyecto, que cuenta con seis equipos basado en objetivos enfocados en genética, mejoramiento, patología, calidad, comercialización y producción, ha estado una década esperando los socios adecuados para formar este equipo, señala una de las codirectoras. “Nuestro objetivo es la introducción de cultivos resistentes a las enfermedades con una calidad de fruta mejorada, que conduzca a una industria estadounidense de la uva más robusta”.

 

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